Capítulo 53

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Uso el baño de Angeline para poder tomar una ducha, me arreglo y en poco tiempo las chicas y yo estamos en el auto de la rubia listas para cobrar una venganza.

—Mad, ¿Hailey está bien? —pregunta Ashley, asiento y sonrío.

—Le dimos una pastilla para el dolor de cabeza y se quedó recostada en el cuarto de Angie, definitivamente no la dejaré volver a beber así —todas reímos.

Repasamos el plan un par de veces durante el camino, todas conocemos nuestras tareas de memoria para cuando llegamos, Angeline estaciona el auto y nos bajamos tocando el timbre de la casa de Theo.

—Déjenme hablar a mí, de lo demás se encargan ustedes —todas asentimos ante las palabras de Angeline y nos escondemos cuando escuchamos pasos hacia la entrada.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarte?

Desde mi posición puedo ver como Theo le sonríe coqueto a la rubia, es un completo descarado y quiero hacerlo sufrir.

Angie mostrando sus dotes de actriz finge tener una preocupación tremenda, le falta poco para ponerse a llorar de lo angustiada que se ve y eso se me hace increíble.

—Disculpa, no soy de por aquí, mi coche no quiere encender y mi celular está completamente descargado, ¿será que podrías ser tan amable de prestarme tu celular para llamar a una grúa? He preguntado en varias casas y nadie ha querido ayudarme.

—Claro que puedo ayudarte —sonríe —¿gustas entrar para estar más cómoda mientras llamas y esperas a que vengan?, ya es bastante tarde y hace frío.

Angeline asiente y lo sigue dentro, de inmediato las chicas y yo corremos hacia la puerta trasera esperando a que nos abra.

—¿Creen que ella lo logre? —las chicas ríen.

—Mad, estás hablando de Angeline, sé que no la conoces mucho pero si ella se propone algo lo consigue, no tienes de qué preocuparte —asiento.

Pasan unos quince minutos, la rubia se acerca a la puerta y la abre haciéndonos entrar con rapidez, la cierra y vuelve a poner las llaves donde estaban.

—El chico subió un momento al baño, escóndanse detrás del mueble —señala la mochila que tiene Ashley —y prepárense para divertirse —ríe, escuchamos pasos en las escaleras y nos escondemos donde la chica nos indicó.

Theo baja las escaleras y se sienta en el otro sofá mirando a Angeline, se hace muy evidente que le resulta atractiva, esto será más fácil de lo que pensé.

—¿Pudiste llamar? —ella asiente.

—Dijeron que en una media hora estarán aquí, supongo que solo queda esperar—suspira, Theo sonríe.

—Bueno, en mala compañía no estás —Angeline sonríe coqueta y lo mira acercándose un poco.

—Tu casa es muy linda —el chico sonríe leve.

—No es mía, es de mis padres pero ellos están casi que todo el tiempo de viaje, lo que me deja mucha libertad para hacer lo que sea que quiera —la rubia se acerca más.

—¿Ah, sí? —juguetea con sus dedos a lo largo de su brazo, él vuelve a sonreír —¿y qué cosas te gustan hacer?

—Fiestas, más que todo, invito a mis amigos o alguna chica, tomamos un par de tragos y bueno, lo que tenga que pasar que pase —Angeline ríe.

—Me gusta tu forma de pensar, por cierto, soy Angeline.

—Yo Theo, encantado de conocerte, Angeline —besa su mejilla con lentitud muy cerca de su boca y se aleja sonriendo, el chico está bastante asombrado y eso me hace reír.

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora