Todavía con Charlie en brazos levanto la vista y ahí está ella, Mad me mira como si hubiese visto a un fantasma, luego sonríe con tristeza diciéndome todo con los ojos.
Acaricio el cabello de la pequeña y la dejo en el suelo de pie a mi lado, ella sigue abrazándome y río leve, debería estar camino a la fiesta en el lago, de hecho hacia allá me dirigía, entonces recordé que la casa de Madison quedaba cerca y por alguna extraña razón terminé pasando. Solo quería verla, mi corazón me pedía verla, no hablarle, no intentar nada, pero es que no sé cómo sacarla de mi corazón, lo que antes me daba tanta felicidad ahora solo me llena de confusión y tristeza:
—No quiero volver contigo, no quiero saber más nada de ti, solo quiero olvidarte, coño, ¿cuándo dejará de doler, cómo hago que pare? —grito en mi mente mientras sigo viéndola parada a tan solo unos metros de distancia.
Charlie dice algo, pero no la escucho, veo su boca moverse pero no percibo ningún sonido, luego siento que pellizca mi pierna y vuelvo a la realidad riendo un poco.
—¡Auch, Charlie! —me agacho a su estatura y acaricio su mejilla —¿me extrañaste?
—Sí, mucho —besa mi mejilla y sonríe —me alegra mucho que vinieras a visitarme —sonrío.
—Estaré adentro, Charlie.
Mad da media vuelta y vuelve a la casa, Charlie me toma de la mano y terminamos sentados en el césped.
—Ella ahora está siempre muy triste —suspira —¿ya no la quieres? —niego con la cabeza.
—La amo, pero ya no puedo estar con ella.
Sus ojitos brillan confundidos, no le puedo explicar a detalle la situación porque es una niña de siete años, por lo que en este momento debe estar pensando que acabo de decir una locura, ¿cómo amas a alguien y no puedes estar con esa persona?
—Si la amas deberías estar con ella, y evitar que se la pase tan triste, mi hermana ya no es la misma, Sam, antes cantaba, jugaba y reía mucho conmigo, pero bueno, ni mis padres son los mismos, ahora todos se la pasan serios y es muy aburrido y triste.
Suspiro, necesito animar a la pequeña, desde que la conocí me encariñé con ella, y sé los problemas que hay en su casa, cuando Mad y yo estábamos juntos pude notarlos, digo notarlos porque ella nunca quiso decirme nada, quería hacerse la fuerte y no me dejaba ayudarla.
—¿Quieres ir al parque de diversiones? —asiente, su mirada se ilumina.
—¿Le puedes decir a Mad para que nos acompañe?, es que no creo que me dejen ir sola.
Asiento con lentitud y me levanto, pero claro, quería animar a Charlie y ahora me pongo en una situación difícil, no puedo retractarme, si le dices algo a un niño debes cumplirlo, por lo que luego de levantarme camino dentro de la casa, no la veo en la sala y termino subiendo las escaleras hasta su cuarto, doy unos golpecitos en la puerta.
—Está abierto.
Su voz me sobresalta un poco, tomo el pomo de la puerta y lo giro entrando a su habitación, ella levanta la vista, se queda paralizada con el libro que estaba leyendo todavía en sus manos.
—Sam...
Me acerco un poco, ella se levanta y camina hasta mí, quedamos los dos de pie en la habitación, muy cerca uno del otro.
—Quiero llevar a tu hermanita al parque de diversiones, está triste, no sé muy bien lo que ocurre con tus padres, pero, sé que no es bueno, y Charlie lo sufre, ya que estoy aquí, quiero tratar de alegrarle el día —asiente todavía sin dejar de mirarme.
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¿Mad o Madison?
Ficção AdolescentePorque no importa equivocarse, es parte de crecer, lo realmente necesario es aprender a levantarnos y continuar cuando eso suceda. Charles Chaplin dijo "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila llora y vive int...