Salgo de clases, Dylan camina junto a mí al estacionamiento, está contándome sobre lo bien que le fue en un partido de baloncesto hace poco. Trato de escucharlo mientras reviso el celular porque me ha llegado un mensaje de Ryu.
Desde mi viaje a Bredfard hemos estado hablando, siempre me cuenta de cosas graciosas o geniales que le suceden por allá, y con cada una de sus historias me siento cercana a Coleman, me emociona mucho la idea de estudiar con los chicos y con él, cumpliendo mi sueño.
—Y luego el bebé dragón aprendiendo a lanzar sus llamas quemó toda la cosecha de limones, ya sabes, del árbol que tenía en el patio.
Volteo a ver a Dylan confundida, él ríe, me quita el celular y lo guarda en su mochila.
—Oye —me cruzo de brazos —eso es mío —se pone serio.
—Pues se quedará retenido un tiempo, porque eres pésima amiga cuando de escucharme se trata —río.
—De acuerdo, Wilderius, soy toda oídos, ahora que me has quitado el celular —frunce el ceño.
—Golpe bajo eso de usar mi segundo nombre para herirme —hace una expresión de dolor y finge que se saca una flecha del pecho haciéndome reír, le doy un beso en la mejilla.
—Pobre niño, claro, como ahora eres popular y nadie sabe de tu colección de figuras de acción de caballeros y espadas ahora tu segundo nombre no te combina.
Asiente serio, luego hace un gesto poniendo dos dedos sobre su boca para pedirme silencio.
—Tengo una reputación que debo cuidar, y tú no te quedas atrás, chica más sexy y popular del instituto —río negando con la cabeza.
—No me importan esas tonterías, bueno, tal vez un poco —admito al verlo de brazos cruzados y alzando una ceja —es decir, unos cuantos chicos se acercaron hoy a mí sonriendo coquetos y diciéndome cosas lindas, ese tipo de cosas admito que se sienten bien, pero no les daré importancia, ya tengo a un novio maravilloso del que estoy perdidamente enamorada —juego con mi collar y sonrío, Dylan también sonríe.
—De verdad me alegro mucho por ti, Mad, conozco a Sam y sé que es un muy buen chico... pero si podemos hablar de otra cosa, también me alegro de verte como más animada. Hace unos cuantos días que te veía bastante decaída, y a Sam, bueno, tratando de hacer una y mil cosas para animarte. No quiero meterme donde no me han llamado, pero, ¿estás bien? ¿necesitas que te ayude con algo? Sabes que puedes contar conmigo —sonrío.
—Lo sé, de verdad muchas gracias por preocuparte por mí, pero tranquilo, no me encuentro completamente bien, pero hago un esfuerzo.
—Pero, ¿qué ocurre? —niego con la cabeza.
—No quiero hablar de eso ahorita, Dylan.
Fuerzo una sonrisa apurando una despedida, luego de pedirle mi celular camino lo más rápido que puedo sin fijarme por donde voy, por eso tropiezo con alguien y tiro todo lo que lleva.
La chica de ojos cafés se levanta rápidamente del suelo, sacude sus jeans y trata de disimular su enojo.
—Supongo que ahora estamos a mano.
Comienza a recoger sus libros, me inclino y la ayudo ante su mirada de asombro.
Dentro de los que recojo uno en particular llama mi atención por lo que trato de tomarlo, es más bien un cuaderno, ha caído abierto en una página y tiene muchos dibujos, dibujos realmente buenos, pero al intentar sujetarlo la chica se abalanza sobre él quitándome la oportunidad de mirarlo mejor.
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¿Mad o Madison?
Fiksi RemajaPorque no importa equivocarse, es parte de crecer, lo realmente necesario es aprender a levantarnos y continuar cuando eso suceda. Charles Chaplin dijo "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila llora y vive int...