—Termínate ese desayuno ya, señorita, vamos a llegar tarde.
Me dice mi madre terminando de sacar las tostadas del tostador, yo revuelvo el cereal con la cuchara sin ánimo de terminar de comerlo, por completo distinto de Charlie que ya se ha terminado su tazón de cereal y le pide más a mamá, papá ya está en el trabajo y luego de que nos deje en en colegio mamá también se irá a trabajar.
La calmada rutina de un lunes en la mañana en casa de mi familia, bueno, tranquila de no ser porque mi estado de ánimo este día está tan alterado que si alguien vuelve a preguntarme algo explotaré en insultos, claro, menos con mi madre, con ella debo ocultarlo, al menos que quiera llegar al colegio con una linda marca de su mano en mi mejilla.
—Voy, mamá —contesto con algo de cansancio y me levanto dejando el cereal intacto —ella me observa de brazos cruzados y expresión preocupada.
—Cariño, ¿estás bien? ¿solo eso piensas comer?
Tomo mi mochila y avanzo fuera de la casa.
—Sí, mami, no tengo mucha hambre, tal vez coma algo en la cafetería.
Subo en el asiento trasero del coche y me pongo los audífonos como siempre hago en mi trayecto al colegio. Llegamos y diviso a Hailey en la entrada hablando con algunos chicos, entre ellos está Dylan Peterson que antes era nuestro mejor amigo, digo antes porque desde hace aproximadamente un año el chico cruzó al lado oscuro para unirse a los populares y desde ese día ya no somos tan amigos como antes, por no decir que parecemos unos completos desconocidos.
—¿Estoy viendo bien o se trata de un fantasma? —me pregunta Dylan cuando nuestras miradas se cruzan, como dije antes, completos desconocidos y no solo eso, ahora hasta me hace bullying, bueno, igual ya estoy acostumbrada.
—Hola Dylan —saludo con un gesto de cabeza tratando de pasar hacia donde está mi amiga, pero de repente unas manos me sostienen y me ponen frente a él de nuevo.
Se trata de una chica que parece sacada de una revista de modas a pesar de que debe tener mi misma edad, su cabello consiste en una cascada de rizos que llegan hasta su espalda y tiene unos ojos oscuros que resaltan más debido al maquillaje que usa, es popular sin duda alguna, estoy cansada de verla pavoneándose por los pasillos del Cronwell junto a Dylan y los demás chicos de su grupo, su nombre, Chelsea Smith, la chica por la que la mayoría de la población masculina del instituto suspira, por supuesto es totalmente inalcanzable, al menos que estés en su liga o tengas lo que ella considere suficiente para unirte, puras estupideces.
—¿No te enseñaron modales en tu casa?, Dylan está hablando contigo —me dice la chica en tono cortante.
Hailey está tan concentrada en su conversación que no ha notado el conflicto que se crea debido a la chica con aires de superioridad.
—¿Qué?, yo, eh, eh... —¡rayos!, mi timidez siempre me hace tartamudear cuando de relacionarme con personas se trata, y más cuando esas interacciones no son para nada amistosas, como esta.
Ella vuelve a mirarme y el enojo se refleja en su mirada, se acerca a mí y me observa retadora.
—¿No puedes hablar?, esa es una gran falta de respeto cuando se te pregunta ¿sabes? Creo que tendré que enseñarte modales.
Pero cuando la chica se acerca más Dylan la toma del brazo y la aleja de mí, no porque le interese, simplemente porque los gritos agudos de la señorita fresa estaban comenzando a llamar la atención de las personas, lo que significaba que podrían aparecer profesores.
—Aquí no, Chelsea, podemos meternos en problemas.
La chica retrocede guiada por Dylan que también me mira con enojo, las personas a mi alrededor me observan como si hubiera cometido el peor error de mi vida, quiero salir lo más rápido posible de allí y entrar a clases. Al avanzar hacia la entrada a toda prisa siento como tropiezo con algo y me precipito hacia el suelo, todo ocurre como en cámara lenta frente a mí y cuando pienso que sentiré el golpe al estrellarme unas manos fuertes me sostienen devolviéndome el equilibrio y poniéndome de pie sana y salva. Frente a mí unos ojos azules claros como el cielo esperan una reacción de mi parte mientras el chico al que le pertenecen sigue sosteniéndome de la cintura, lo suelto con suavidad y sigo observándolo, tiene el cabello liso, de un color castaño muy claro, casi rubio, su piel es blanca algo pálida y en su cara hay una expresión seria, igual a la voz que utiliza cuando comienza a hablarme.
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¿Mad o Madison?
Roman pour AdolescentsPorque no importa equivocarse, es parte de crecer, lo realmente necesario es aprender a levantarnos y continuar cuando eso suceda. Charles Chaplin dijo "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila llora y vive int...