Mamá me observa extrañada al ver lo que sujeto entre mis manos.
—¿No estás un poco grande para jugar con muñecas? —ríe.
—Es para una tarea de educación familiar, se supone que debo cuidar a este juguete junto a Dylan.
—Oh, recuerdo esa tarea, cuando me tocó la hicimos con unos muñecos parecidos al tuyo, pero menos modernos, y en el tiempo de tu abuela los bebés eran papas o sacos de arena, de todos modos el objetivo debe ser el mismo, todos reprueban y aprenden la valiosa lección de que es mala idea tener hijos siendo tan joven —vuelve a reír obligándome a hacer lo mismo.
—Creo que seré la primera en aprobar entonces, porque no pienso sacar mala nota en esta actividad, ni en ninguna.
Estaciona frente a la academia y me da una mirada relajada.
—Hey, de verdad no te preocupes, todos reprueban, no es un proyecto que cuente como te hacen creer, de hecho ese es justo el objetivo, y en la clase siguiente les regalarán preservativos para evitar que comentan el gran error —sonríe —bueno, cariño, nos vemos más tarde —besa mi mejilla.
—¿Y ahora a dónde vas? —pregunto, desde lo de ayer no puedo pensar en otra cosa cuando estoy cerca de mi mamá, debo averiguar lo que sucede, ella me mira desconcertada.
—Existe algo llamado trabajo, y también debo buscar a Charlie... ahora que lo pienso, tal vez no pueda venir a buscarte, pero bueno, te aviso luego, si no creo que Sam encantado te dará el aventón —cierra la puerta y se pone en marcha.
Entro y camino por los pasillos, todo está en silencio absoluto, los salones fueron diseñados para que sea así, pero si abriera alguna de las puertas los sonidos más bellos invadirían el ambiente.
Llego al que me toca, al entrar me sorprendo de no encontrarme a mi querida profesora, pero esa sensación no se compara en nada a la que siento cuando la persona que menos esperaba ver ahí está absorta frente al piano tocando una triste melodía, pánico, sí, esa concuerda mejor.
—Llegas tarde —comenta secamente poniéndose de pie.
—Dis, dis, dis, disculpe, pero, ¿qué hace usted aquí? —sonríe de esa forma "amable" que mostraba durante mi audición.
—Vine para cuidar a mi mamá y suplirla en sus clases de piano en lo que se mejora, lamentablemente ese viaje a Bredfard como que no le sentó muy bien.
—¿Mamá? Entonces Madame Dubois es su...
—Sí, Antonella Dubois es mi madre, pero bueno, esos ya son temas personales, mejor nos ponemos a trabajar, imagino que quieres entrar a Coleman, para eso no puedes perder la práctica.
Sigo demasiado asombrada como para hacer lo que me pide, en lugar de ir a sentarme frente al piano me quedo de pie observándola, ella comienza a impacientarse.
—¡Ni siquiera tienen el mismo apellido! —ríe como si hubiera escuchado el chiste más gracioso de su vida, luego me mira de una forma tan fría que decido no hacer más preguntas y agacho la cabeza.
—De verdad espero que seas más inteligente para las cosas del piano —bufa y vuelve a reír —cuando las personas se casan tienen un nuevo apellido —ahora, ¿dejarás las preguntas tontas y te sentarás para que pueda tratar de enseñarte algo valioso? No me gusta perder mi tiempo.
Asiento varias veces y me siento frente al piano esperando sus indicaciones, Catherine Wilson es una profesora muy exigente, todo lo que hago le parece que está mal y constantemente me corrige, se me hace extraño, lo que sé lo aprendí de su madre, y lo que ella sabe tal vez también lo aprendió de ella.
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¿Mad o Madison?
Novela JuvenilPorque no importa equivocarse, es parte de crecer, lo realmente necesario es aprender a levantarnos y continuar cuando eso suceda. Charles Chaplin dijo "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila llora y vive int...