Después de un rato papá se va a dormir, Angeline decide que es la hora de hacer fiesta y sacamos una de las botellas de vodka de la alacena, no quiero que Maddie beba pero no logro convencerla, al menos prometió que solo sería un trago e igual la vigilaré.
Nos sentamos en el sofá, aprovechamos el momento para hablar, escuchar música y también lo uso como excusa para hacer que mi novia y Marie se conozcan mejor, lo cual parece que está resultando.
Pasado un tiempo considerable cuando la botella está a punto de terminarse Marie comienza a bostezar por lo que me levanto.
—Maddie, llevaré a las chicas a sus habitaciones, si quieres puedes ir a mi cuarto —ella asiente.
—Iré a ver cómo está Charlie —besa mi mejilla y se levanta en dirección a las escaleras.
Recogemos los vasos, luego de dejarlos en el lavaplatos subimos las escaleras hacia las habitaciones. Como conocen el departamento ambas corren para intentar quedarse con el cuarto de la cama matrimonial haciéndome reír y negar con la cabeza, pero entonces algo muy extraño sucede, Angeline se detiene y se queda de pie a mi lado dejando que Marie se la quede.
—Buenas noches, Marie —comenta mi amiga dejándome perplejo, Marie titubea, pasados unos segundos dice la misma frase mostrándose igual de extrañada.
Viendo que Marie ya se encuentra cómoda camino junto a Angeline al cuarto restante, el que tiene dos camas individuales, entramos y tomamos asiento en el borde de una de ellas.
—¿Qué acaba de ocurrir? —ríe.
—Te dije que trataría de portarme bien, solo eso.
—De acuerdo... —no estoy muy convencido pero decido dejarlo así, ella vuelve a reír.
—¿Ahora puedo ser yo la que pregunte? —río, la miro extrañado.
—Nunca has pedido permiso para hacerlo, ¿por qué empezar ahora?
—Porque, mi querido, sexy y divertido amigo, la pregunta que quiero hacer puede que no te guste —suspiro, ella golpea mi pecho con su dedo índice.
—A ver... ilumíname.
—De acuerdo, viendo la foto de nuestras vacaciones en Suiza me llegaron algunos recuerdos, y para mi sorpresa al voltear a verte tú también me observabas, lo que me hace preguntarme, ¿también te llegaron recuerdos a ti?
Suspiro, si quería una prueba de que le había pasado lo mismo que a mí viendo la imagen ahí estaba, no necesitaba más.
—¿Qué clase de recuerdos? —niega con la cabeza.
—Sam, no haremos eso, te conozco, y mucho, solo quiero una respuesta afirmativa o negativa, necesito saber que no estoy teniendo alucinaciones —río.
—¿Y a qué llegaremos con esto? Lo de Suiza ya pasó... —me quedo en silencio un momento —pero sí, la foto me hizo rememorar lo ocurrido aquella noche... —ahora soy yo el que niega con la cabeza —somos amigos, Angeline, recuérdalo —trato de levantarme, ella me detiene.
—Es solo que, dijimos que eso no significaría gran cosa, y de repente viendo una foto recordamos todo como si tuviese más importancia, no sé, se me hace extraño —vuelvo a reír.
—Le das demasiadas vueltas al asunto. ¿No vendrás a decirme ahora que estás enamorada de mí, ¿cierto? —me mira muy seria, pero después ríe.
—Por supuesto que no, el amor no existe, Sam —sonríe de forma pícara, sus dedos juguetean a lo largo de mi brazo por lo que me aparto un poco, ella ríe por lo bajo notándolo —pero al parecer si existen las buenas amistades con conexiones físicas, fuertes conexiones físicas.
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¿Mad o Madison?
Novela JuvenilPorque no importa equivocarse, es parte de crecer, lo realmente necesario es aprender a levantarnos y continuar cuando eso suceda. Charles Chaplin dijo "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila llora y vive int...