¿Mad o Madison?

Capítulo 29

Vuelvo a respirar profundo tratando de alejar el enojo de mí, necesito muchas respuestas. Sam se queda mirándome con esa expresión que me indica que está tratando de averiguar mi estado de ánimo.

—¿Con eso me estás queriendo decir que las cosas entre ustedes fueron más serias de lo que me habías dicho? —logro decir por fin.

—¡No!, todo con Angeline fue como te expliqué, una simple relación de amigos con beneficios, que estuviésemos juntos antes de haberlo hecho con cualquier otra persona no cambió nada.

—¿Para ella también era la primera vez? —él asiente, ¡rayos!

—Sé que tal vez tú no entiendas esto porque seguro que creciste con la idea de que la primera vez que te acuestas con alguien tiene que ser especial y mejor si están enamorados, pero Angeline y yo no pensábamos así, bueno, ella sigue pensando de esa forma, yo ya no porque soy feliz contigo —no voy a dejar que me derrita con su mirada como siempre, debo mantenerme firme.

—¿Qué quieres decir?

—Nos gustábamos, pero solo físicamente, eso nos funcionaba bien porque ninguno de nosotros creía en el amor, los novios ni nada de eso por el divorcio de nuestros padres, y como éramos buenos amigos y nos atraíamos decidimos intentar con eso.

—Entonces, ¿ya no sientes nada por ella?

—Somos buenos amigos, es muy difícil dejar eso al haber estado con una persona prácticamente desde que andabas en pañales, más aún cuando es con la que hablas de todo. Angeline y yo hemos compartido muchas cosas, y estoy seguro de que sin ella lo del divorcio de mis padres habría sido aún más terrible para mí, igual con la separación de los suyos. Estuve acompañándola en todo momento, pero lo de la parte de amigos con beneficios se terminó, no solo por ti, desde que empecé con Hailey quería hacer las cosas bien y Angeline lo entendió.

—Bien, confiaré en ti —él sonríe —también en ella porque no me ha dado motivos para pensar lo contrario y me ha demostrado que podemos ser amigas.

—Te quiero, Maddie, sabes que antes para mí todo lo que siento por ti solo eran emociones desconocidas, y aún no las entiendo completamente, pero de lo que sí puedes estar segura es de que nunca voy a engañarte, me gusta ser sincero, dije que no habrían secretos entre nosotros y así será.

—¡Eh!, detente un momento ahí, de todos modos tampoco es que quiero que pases mucho tiempo con Angeline, te vigilaré —le robo un beso —necesito un título de propiedad —se ríe.

—¿título de propiedad?, tengo una mejor idea, quédate aquí.

Entra al coche dejándome desconcertada. Trato de mirar a través de los vidrios oscuros pero no logro divisar nada, por ahora es un misterio para mí lo que estará haciendo.

Pasados unos dos minutos abre la puerta y se acerca a mí con una sonrisa juguetona.

—Esto es para mí y esto para ti —me entrega el seguro de una lata de refresco y se queda con un aro de los que sirven para unir los manojos de llaves —Es todo lo que pude conseguir en mi automóvil, pero no importa porque se trata más de algo simbólico —lo miro confundida y él se arrodilla frente a mí —Madison Anne Carter, ¿aceptarías ser mi esposa para amarme y respetarme, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe?

—Bradley, estás completamente loco —río.

—Eras tú la que quería un título de propiedad, responde —trata de mantener la seriedad, pero por más que esto sea solo una boda simbólica hay un brillo interesante en su mirada, como de emoción.