Capítulo 2

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Volviendo de mi clase con Madame Dubois mi mejor amiga enloquece y se decide a arreglarme, quiere que me vea perfecta para la cita por lo que me manda a ducharme y mientras lo hago comenta que se encargará de elegirme la ropa y los accesorios. Al salir la encuentro sentada en mi cama con una sonrisa malévola.

—¡Oh no! Has enloquecido si crees que voy a ponerme eso —refuto horrorizada viendo el atuendo que ha elegido.

Salgo de la habitación, voy por unos jeans no muy ajustados, un suéter de lana color crema y mis zapatillas deportivas blancas, luego de intentar miles de veces hacer algo con mi cabello decido amarrarlo en un moño alto y dejo que algunos mechones caigan por mi cara, me pongo mis anteojos de montura cuadrada como siempre ya que sin ellos no puedo ver bien y vuelvo a donde está Hailey.

Parece que le va a dar un infarto cuando me ve.

—¿Piensas ir así a una cita?

—¿Por qué no? —bajo mis manos mostrando mi atuendo —me siento cómoda, además, así es como normalmente voy al colegio, ¡y no es una cita! —recalco como por octava vez ese día.

Ella me mira divertida con la situación y finalmente se encoge de hombros.

—Tú misma lo has dicho, al colegio, pero vas a una cita, bueno salida —rectifica antes de que la corrija de nuevo —debes verte más interesante, el chico va a querer salir con una chica linda no con una bibliotecaria.

—No es para tanto, Hai, y no pienso cambiar de opinión así que no sigas, esto es mejor que la minifalda ajustada que querías que usara, soy una chica de 17 años, no una modelo de pasarela.

—De todos modos es tu cita —toma la ropa para guardarla —eres tú la que decide, bueno, seguiré cuidando a Charlie hasta que regreses.

Camino hacia la cama y nos ponemos a ver televisión hasta que a las 5:40pm escuchamos que tocan el timbre, Hailey baja junto a mí y al abrir la puerta allí está él, el guapo chico que hace ejercicio frente a mi ventana, vestido con un suéter con capucha negro que tiene el cierre subido hasta la mitad y deja ver una franela morada oscuro, unos jeans oscuros y botas negras de excursionismo, su cabello oscuro está despeinado dándole ese aire rebelde y sus ojos lucen un poco más oscuros que la última vez. Volteo a ver a mi amiga y la encuentro totalmente atontada mirándolo, me rio y le doy un pequeño golpe en las costillas para que reaccione.

—Hola Madison, ¿ya estás lista? —pregunta Theo cambiando el peso de un pie a otro.

—Eh, sí, eh —en este momento mi cerebro no está alineado con mi boca para crear palabras coherentes, él sonríe algo engreído notándolo y para empeorarlo todo mi mejor amiga no ayuda a mejorar la situación.

—Ah, sí, tú debes ser Theo, yo, eh... soy —se queda muda un momento —soy Hailey, la mejor amiga de Madison, ya entiendo, con semejante espécimen, bueno...

Él la interrumpe y noto como lucha para no reírse.

—¿Perdona? — alza las cejas sorprendido ante las palabras de mi amiga.

Al parecer ella no había notado que dijo eso porque fue poniéndose roja como un tomate y se le hizo imposible pronunciar alguna palabra coherente, pero un momento después reacciona.

—¿Eh?, no, no, perdona, es que tengo tarea de biología y estamos estudiando a unos diversos y complejos especímenes, soy Hailey un placer conocerte, ¿cómo dijiste que te llamabas?

—Soy Theodore, pero todo el mundo me dice Theo y así lo prefiero.

—Ah, ¿de dónde vienes?, tienes un maravilloso acento...

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora