Capítulo 46

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Sam abre la puerta del cuarto, me siento en la cama para observarlo, él sonríe triste sentándose frente a mí.

—¿Cómo te sientes? —suspiro.

—Sam, ya te dije que...

—Claro, estás tan bien que pasas todo el día en la cama sin preocuparte por las tareas o el piano, que son cosas que amas hacer. Maddie, sé que no estás bien y si no quieres hablarlo conmigo lo entiendo, pero no me digas que estás bien cuando no es así.

Acaricia mis mejillas y dándome un corto beso se levanta para ir al baño.

Una media hora después sale con un pantalón de pijama y sin camisa, se queda observándome como indeciso.

—¿Quieres que duerma aquí? —río.

—Es tu cuarto, tonto, en todo caso debería irme yo —sonríe.

—No quiero que te vayas, pero no quiero incomodarte, si necesitas tiempo sola...

Niego con la cabeza, caminando hasta él le doy un enorme abrazo y un beso en la mejilla, mi novio me sujeta de la cintura y comienzo a darle muchos más besos, por las mejillas, la frente, la barbilla y la boca, lo hago reír por lo que se separa un poco de mí regalándome una enorme sonrisa.

—Te amo, Maddie —sonrío y le doy un corto beso.

—Yo a ti, inmenso.

Me toma de la mano, caminamos hasta la cama, subimos y nos sentamos uno al lado del otro.

Lo miro, no sé como hablar de esto con Sam, no quiero que mis cosas lo afecten y tampoco me siento lista para compartir mis sentimientos, ni aunque se trate de él que es un chico maravilloso en el que sé que puedo confiar para todo.

Suspiro, quiero intentar desahogarme un poco.

—Bueno, admito que me siento pésimo —asiente dándome una mirada comprensiva que me anima a continuar —es como si de repente un meteorito gigante chocara contra mi vida, y de un solo golpe todo quedara hecho cenizas —suspiro —mi vida familiar, pero eso a su vez me afecta en otros planos...

Mis ojos empiezan a arder, me cuesta hablar, Sam lo nota y me abraza con fuerza acariciando mi cabello por lo que comienzo a llorar apoyando mi cabeza en el hueco de su cuello.

—No quiero hablar más sobre eso, no quiero que mis cosas te afecten porque sé que te preocupas y no soporto ver en tu cara lo triste o angustiado que estás por mí. Solo quiero estar contigo, de verdad que te necesito a mi lado más que nunca y no sabes lo afortunada que me siento de poder tenerte aquí, saber que puedo contar contigo para lo que sea y que me quieras tanto —lo suelto para poder mirarlo a los ojos —pero quiero dejar dos cosas claras, no quiero hablar más de esto, y no quiero que mis cosas te afecten, ¿está bien? —suspira acariciando mis mejillas.

—Maddie, me parece bien que no quieras hablar de lo que ocurre, y lo respeto, pero no puedes pedirme que no me afecte, porque si estás mal yo también lo estoy, es algo que no puedo evitar, tu felicidad lo es todo para mí —sonrío.

—Y la tuya para mí, justo por eso no puedo permitir que mis problemas te afecten —lo miro seria —prométemelo —él niega con la cabeza.

—No puedes pedirme eso, mi niña, lo siento, pero no.

Suspiro, me dejo caer en la cama, él hace lo mismo y me estrecha entre sus brazos.

—No puedo contigo, Bradley —dejo algunos besos por su pecho —tienes que dejar de ser tan perfecto o perderé la cabeza por tanto amor —ríe.

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora