Capítulo 43

93 9 0
                                    

—Llegamos —anuncia Sam estacionando frente a mi casa.

Me quedo unos segundos fingiendo que no lo escuché, Charlie está cantando distraída usando el reproductor de música que él le regaló, lleva puestos audífonos por lo que no puede oír nuestra conversación.

Con la noche de ayer y la mañana tan divertida y loca que pasé hoy casi había olvidado lo que nos llevó a mí y a mi hermanita a dormir en la casa de Sam.

Mamá debería estar en el trabajo, pero su auto estacionado al lado de la casa me indica que no es así.

—Lo sé —suspiro.

—¿Quieres que entre con ustedes? —niego con la cabeza, siento que mis ojos empiezan a arder, él pone su mano encima de la mía.

—Sam, ¿puedo pedirte un favor?

—Lo que necesites —sonrío un poco y acaricio su mejilla, él es de las pocas personas importantes en mi vida que me quedan, las otras serían Charlie y papá.

—No te vayas, no voy a estar mucho tiempo ahí, debo recoger mis cosas y dejar a Charlie, pero no podría, no quiero... —se me quiebra la voz, él rompe la distancia entre nosotros abrazándome con fuerza.

—Te amo, Madison Carter —susurra contra mi oído y me estremezco, se separa un poco de mí —debí decirlo ayer, cuando lo susurraste observándome como la única cosa buena que tuvieras en el mundo, pero es que me dejaste paralizado. Me quedé varios minutos pensando en si debía decirlo o no, porque la verdad es que lo que me haces sentir es muy fuerte, pero no sabía darle un nombre. Luego pensé en ti, y entendí que también te había costado un montón decírmelo, ya que de igual forma es la primera vez que te sientes así, y seguro las catalogabas como emociones desconocidas hasta que les diste ese otro nombre—sonrío y lo envuelvo en otro abrazo apretándolo con mucha fuerza y comenzando a llorar —voy a estar siempre ahí para ti, cuidándote, animándote, o simplemente haciéndote bromas hasta que te sonrojes y agaches la cabeza para poder levantar tu barbilla y obligarte a mirarme, te amo tanto que ni yo mismo entiendo cuando te volviste tan importante para mí, cuando cambió todo.

Le doy un corto beso, él limpia mis lágrimas con sus pulgares.

—Sé que me amas, tonto, tomé tu beso de ayer como respuesta, pero todo este discurso es sin duda alguna hermoso, creo que incluso es mejor que el beso. Gracias por estar siempre ahí para mí, pero esto debo hacerlo sola.

Beso su mejilla y salgo del auto, tomo la mano de Charlie que ya ha salido y me encamino a la casa.

—Hermana, ¿por qué estás llorando?

—No me prestes atención, Sam me contó una historia triste y sabes que soy muy sentimental.

Abro la puerta y veo a mamá acurrucada en el sillón, tiene el maquillaje arruinado, imagino que ha pasado toda la noche llorando.

Rápidamente se levanta, tal vez el ruido de la puerta la ha despertado.

Charlie corre hacia ella, mamá la carga y la envuelve en sus brazos con fuerza, veo como algunas lágrimas caen por sus mejillas.

—Princesa, ¿por qué no vas a jugar con Dani?, ya debe haber llegado de la escuela.

—¡Sí!, le mostraré el reproductor de música que Sam me regaló, también se pueden ver videos en él —besa su mejilla, mamá la suelta y Charlie sale corriendo hacia la casa de su amiga.

—Hija... —siento que hace un esfuerzo por mirarme sin llorar, se ve devastada.

—No hablaré contigo, Sam me está esperando afuera, me voy.

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora