Capítulo 62

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Bajo las escaleras corriendo, salgo de la casa buscando mi moto, lo único que quiero hacer ahora es irme, solo quiero alejarme y de ser posible olvidar lo que acabo de ver.

Kyle llega hasta mí con Angeline, me toma del brazo girándome en su dirección.

—¿Qué ocurre?

—Kyle, ahora no es un buen momento, yo me encargo, ¿de acuerdo?

Mis amigos hablan, continúo quitando las lágrimas de mis mejillas con enojo, no quiero llorar ni tampoco que me vean así, el moreno sigue pidiendo explicaciones, Angie lo persuade, logra que se vaya y vuelvo a concentrarme en la moto.

—Conmigo no va a ser tan fácil, ni lo pienses —bufo.

—Angeline, solo déjame irme, necesito estar solo —niega con la cabeza.

—Déjame ir contigo, sé lo que pasó, lo menos que necesitas ahora es estar solo.

La miro, niego con la cabeza, se cruza de brazos mostrándome su típica expresión de "sé lo que digo así que hazme caso", subo a la moto porque no quiero discutir y le paso el casco.

—¿A dónde vamos? —sube junto a mí poniendo sus manos alrededor de mi cintura.

No respondo, enciendo la moto y comienzo a conducir con ganas de perderme o distraerme con un poco de adrenalina.

El sonido del motor me calma, trato de mantenerme tranquilo pero es imposible dejar de lado esta ansiedad y enojo.

Aprieto con fuerza el manubrio sintiendo que todo a mi alrededor se nubla, otra vez las lágrimas caen por mis mejillas.

—¡Sam!

Reacciono justo para girar con rapidez antes de chocar contra el camión, el tipo hace sonar su bocina y me saca el dedo medio por la ventanilla.

—¡A ver si despiertas, idiota!

Pasa por un lado, siento los brazos de Angeline apretándome con fuerza y vuelvo a ponerme en marcha, esta vez con una velocidad moderada.

—Para, no es buena idea que sigas conduciendo así —asiento, mi amiga tiene razón.

Estaciono justo frente a uno de nuestros clubes favoritos, tengo recuerdos muy geniales aquí, bajo de la moto y guardo ambos cascos.

—Pidamos algo de comer —me toma la mano, entramos juntos al local.

Caminamos hasta la barra, me siento y le pido al chico una cerveza, Angeline niega con la cabeza, cuando me la van a entregar ella la toma alejándola de mí.

—No vinimos aquí para que te sigas emborrachando —le quito la cerveza enojado, comienzo a beber.

—Ahora no, por favor, no estoy para aguantarme tus cosas —sigo bebiendo.

—Si vas a hacer eso entonces lo hacemos juntos, no te pienso dejar solo.

Pide otra cerveza, se la entregan y comenzamos a beber.

—¡Oye, esa es mi canción favorita!

Río leve, nos hemos tomado unas ocho o diez cervezas, junto a un par de shots, creo que ya estoy un poco ebrio, ella también.

Me toma de la mano encaminándome a la pista.

—Baila conmigo —pone sus brazos alrededor de mi cuello, rodeo su cintura y comienzo a bailar.

—Nunca antes me había sentido tan mal, Angie... —pone su dedo sobre mis labios haciéndome callar.

—No, Sam, no te hagas eso —sonríe triste —sabes que no puedo verte así —asiento, sigo bailando.

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora