Capítulo 11

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Abro los ojos la mañana del martes y un día extremadamente soleado y hermoso me sorprende por la ventana. Estoy muy feliz por lo bien que está saliendo todo con Theo y también por lo que me contó ayer Hailey de Sam. Debo admitir que me preocupa un poco lo mucho que a mi amiga le gusta, porque eso no la hace pensar con claridad, tengo algo de miedo de que él le rompa el corazón debido a su forma de ser.

Entro al salón, por el ambiente de molestia y confusión que hay en este noto que tendremos la tan temida clase de química.

Como salida de la nada mi amiga corre hacia mí tomándome por el brazo, parece decidida a que sea su compañera para la actividad que asignarán. Río, me coloco la bata de laboratorio junto a las gafas de protección y le entrego las suyas.

—¿Estás más animada que de costumbre o me equivoco? —alzo una ceja ante la actitud hiperactiva de mi amiga.

Ella me observa nerviosa, se sonroja y agacha la cabeza para disimularlo.

—Anoche no pude dejar de pensar en Sam, es que todo fue increíble, es tan dulce y atento, además de que sus besos son...¡vaya! No sé ni como describirlo.

Trato de concentrarme en las indicaciones que da la profesora, mi amiga no deja de hablar de lo mucho que le gusta Sam y lo increíble que es. Por esa razón casi termino uniendo dos elementos que no se deben mezclar y que podrían provocar un incendio.

Me detengo al mirar lo que estoy apunto de agregar a la mezcla simple para crear la solución jabonosa y alejo el vaso de precipitado.

—¡Ya ves lo que casi hago por tu conversación incesante!, vamos Hai, sé que mi amigo te gusta mucho y me alegro, pero estamos en clases y debemos concentrarnos. Además, si te fijas justo ahora en las filas de atrás verás que Sam está haciendo la actividad de química con Angeline —voltea y nota que lo que le dije es cierto.

—Bueno...pero —mi amiga se ha puesto aún más roja y el triple de nerviosa —¿crees que no le importe nada lo que ocurrió anoche?

—¡No, Hai!, no quise decir eso, solo quería que te distrajeras para que dejaras de hablar de él, si te dijo que quería intentar algo seguro cumplirá con su palabra. Aunque lo conozco poco sé que no lastimaría a una chica tan linda y de buenos sentimientos como tú, además, si lo hiciera se las tendría que ver conmigo.

La abrazo, mi comentario ha logrado que se calme por lo que podemos continuar con el experimento sin ninguna interrupción de su parte.

............

Termino con el experimento, Angeline se queda observándome con sus ojos verdes fijos en los míos. Sin decir palabra alguna comienza a juguetear con sus dedos a lo largo de mi brazo y me sonríe con picardía a través de las gafas de protección.

—Eres un genio, Sam —me guiña el ojo —¿te comenté que mamá está de viaje?, tal vez puedas pasarte por mi casa al rato, como que estoy de humor para darte un premio por tu excelente trabajo, y ya que no pasas tanto tiempo conmigo como antes...

—Tampoco es para tanto, solo es una solución jabonosa, hasta un niño de primaria la pudo haber hecho —trato de restarle importancia a la conversación y alejo con sutileza sus dedos de mi brazo, ella parece notarlo porque me mira extrañada.

—¿Ocurre algo? Desde que pasas tanto tiempo con esas cerebritos ya no eres el mismo conmigo —me hace puchero.

—No, Angeline, sigo siendo el mismo, es solo que creo que he decidido empezar algo serio con una chica.

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora