Capítulo 35

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 —¿Qué haces aquí? —por fin puedo soltarla y la observo sintiéndome confundido, ella ríe.

—Espero que eso signifique que estás feliz de verme —asiento.

—Lo estoy, es solo que... Marie, no sabía que volverías, es decir, esperaba que lo hicieras, algún día, pero pensé que ya no querías hacerlo.

—Volvió por mí, Sam —Logan le sonríe, ella también lo abraza y le aprieta las mejillas.

—Tan bromista como siempre, pero lamento decepcionarte, no volví por ti —Kyle empuja a Logan y se pone frente a Marie.

—Eso ya lo sabíamos, volviste por el único de nosotros que vale la pena —la hace reír y le da un corto abrazo.

—Es bueno volver a verlos, chicos, la verdad es que extrañaba sus tonterías —se acomoda el bolso en el hombro y me mira sonriendo —luego tú y yo tenemos que hablar de muchas cosas —asiento —pero ahora debo ir a la dirección, ya sabes, la tonta charla obligatoria que te dan cuando llegas al colegio.

—¿Recuerdas dónde queda? Si quieres puedo llevarte.

—Creo que nadie que haya estudiado en Cronwell olvida donde queda la dirección — ríe —ese lugar da miedo. No te preocupes por mí, ve tranquilo a clases, luego te alcanzo —besa mi mejilla y camina alejándose por el pasillo.

Suspiro, ¿Marie estudiando aquí de nuevo?, es una noticia agradable.

—No puedo creer que Marie haya vuelto. ¿¡Y la viste!?, ha crecido bastante —golpeo a Logan en las costillas.

—Ya sé por donde vas, y lo mismo va para ti, Kyle. Ni se les ocurra, los estaré vigilando —ambos ríen.

—Pero Marie es hermosa, Sam, no es justo, ¿por qué no podemos intentar invitarla a salir? —Kyle pone ojos de cachorro triste, lo miro con mucha seriedad.

—Porque son unos idiotas y no quiero que la lastimen. Les acabo de entregar mi cuadro, hagan con él lo que quieran, pero esa es otra de las reglas, el cuadro no se puede utilizar con chicas como ella.

—¿Chicas como ella? —Logan luce confundido.

—De eso les estaba hablando, Marie vendría siendo una chica como Maddie, y ustedes no están listos para eso, olvídenlo.

—Pero...

—No, olvídenlo. Vamos a clases, hemos estado hablando mucho.

A la hora del descanso salgo con los chicos y vamos directo a la barra de comida, después de horas de clases necesitamos recuperar energías.

Me siento con mi bandeja en una mesa vacía y ellos se van con las chicas, debería sentarme con ellos pero justo ahora quiero mi momento de silencio.

—¿Por qué tan solo? —levanto la vista, Marie me está observando y se sienta frente a mí robándome un par de papas —río negando con las cabeza.

—A veces es bueno tener algo de silencio, y claro, que nadie se robe tu comida. Acabas de arruinar una de las razones por las que me senté aquí —también ríe.

—No es mi culpa que pidas comida deliciosa cuando estoy cerca —me roba algunas más —alzo mis manos en señal de rendición y le acerco el resto.

—Bien, todas tuyas por hoy —las toma y comienza a comer, también se apodera de la salsa de tomate.

—Gracias, hoy tengo muchísima hambre.

—Tú siempre tienes hambre. Pero hey, la comida aquí es gratis, bueno, supongo que añaden el costo dentro de la mensualidad de los estudiantes, aunque no importa, si puedes agarrar lo que quieras de la barra sin tener que darle dinero a la cocinera para mí es casi como si fuera gratis. Lo que quiero decir es, puedes comer lo que quieras con solo pararte y tomarlo, no tienes que estarme robando lo mío —ríe.

¿Mad o Madison?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora