CAPÍTULO 5
—¿A dónde vas, hija? —Alex bajó el periódico para verme.
—Voy a dar una vuelta, necesito aire —sonreí apenas para no preocuparlo.
—¿Dormiste anoche? —escaneó mi rostro detalladamente. Esta mañana no lo había visto, había salido antes de que él se levantara.
—No, en realidad —había intentado dormir cuando volví de clases al mediodía, pero no pude.
—Ten cuidado, ¿sí? Cualquier cosa me llamas —me miró preocupado, no había pegado un ojo en toda la noche y mi rostro lo demostraba—. Y no vengas muy tarde, mañana es día de escuela.
—Bien, nos vemos —cerré la puerta detrás de mí.
Mi teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo de la campera después de un par de cuadras, sacándome de mis pensamientos.
—Ems —contesté enseguida.
—¿Cómo está mi muchacha favorita? —preguntó desde el otro lado de la línea.
—No hace mucho que me viste, Ems —me reí—. Estoy dando una vuelta, ¿tú qué haces?
Tanto Emily como yo veíamos poco a nuestros padres y habíamos aprendido a apoyarnos en la otra para no sentirnos tan solas, nos cuidábamos entre nosotras y nos hacíamos compañía cuando lo necesitábamos.
—Mi alarma de mejor amiga se activó, tenía que asegurarme de que siguieras con vida —según ella, cuando su oreja se calentaba era porque algo me sucedía. Para mí, ambos hechos no estaban relacionados, pero le había funcionado un par de veces esa dichosa "alarma", así que no me quedó otra que creerle.
—Aw, estoy bien, sigo respirando —me burlé.
—Ahora intenta con la verdad. ¿Pudiste descansar algo? —a veces odiaba que me conociera tanto.
—No —admití en un susurro. Había amanecido con los ojos hinchados y rojos, lo supe disimular con maquillaje, pero las pocas horas de sueño me empezaban a cobrarme factura.
—¿Quieres que vaya y hablamos un rato? —sugirió, preocupada por mí.
—No, no ahora, necesito despejarme —suspiré. No me gustaba rechazarla, pero necesitaba mi espacio, quería estar sola.
—Está bien, cualquier cosa me llamas —repitió las mismas palabras que había dicho mi padre antes de que saliera, haciéndome sonreír levemente.
—Tranquila, mañana nos vemos en el colegio —le aseguré mientras seguía recorriendo las distintas calles de mi barrio, no había mucha gente por suerte, así que estaba más tranquila.
—Puedo ir a dormir a tu casa —sugirió de repente—. Sabes que no tengo problema.
—Estoy bien —me reí—. No me voy a morir, relájate —bromeé.
El bullicio del parque me distrajo, había niños en los juegos, parejas tomando algo en las distintas mesas y muchachos jugando al fútbol.
—¿Sigues ahí? —preguntó confundida cuando me quedé callada.
—Dame un segundo —murmuré al ver una pelota dirigirse hacia donde estaba.
—¿Qué ocurre? —se interesó enseguida.
Frené la pelota bajo mi pie derecho, observé alrededor hasta dar con un chico que me hacía señas a la distancia. Sonriendo levemente y algo nerviosa por la poca puntería que sabía que tenía, pateé la pelota. Mi sonrisa creció al ver que lo había hecho bien y el objeto llegó a sus dueños.
ESTÁS LEYENDO
《Ambett》[AE#1]
Vlkodlaci[Dos almas destinadas a amarse] Primer libro de la saga Amores Eternos ❤ Ganadora del 1er lugar en los Green Bubble Awards 2017 y del 3er lugar en los Diamante Awards 2018, en la categoría Hombres Lobos