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CAPÍTULO 44


MATT'S POV

Amber no podía dejar de llorar, apenas traspasamos la puerta de mi casa ella simplemente se derrumbó. Ya llevaba un largo rato así y me dolía verla de este modo, pero era peor aún no saber qué hacer para que se sintiera mejor.

Ella no se merecía esto, era una buena chica, una gran hija y una excelente novia. Se merecía todo lo bueno del mundo. No lograba entender cómo sus padres pudieron hacerle esto, la habían dejado devastada. Ni siquiera le habían dado tiempo a explicarles antes de que la tacharan de monstruo.

—Amber, cariño, respira. Te estás ahogando con tu propio llanto, respira —acaricié su espalda en un intento de calmarla.

—N-no pue-puedo... e-ellos... —la pegué a mi pecho. Estaba sufriendo tanto, podía sentir su dolor y era tan fuerte que me descomponía.

—Shhh... Amor... —comencé a mecernos lentamente para tranquilizarla.

—¿Qué está pasando, Matt? —un somnoliento Julian apareció en el living, sólo llevaba puestos un bóxer y se venía restregando los ojos. Cuando los abrió y notó el estado de mi mate, se arrojó a nuestro lado—. ¿Está herida? ¿Qué pasó? ¿Qué te duele, cariño? ¿¡Matt dime algo?!

—Sus padres no reaccionaron bien —susurré. Se removió hasta separarse de mis brazos y se volvió a hacer una bolita contra la puerta.

—Diablos —mi hermano cerró los ojos, arrugando el rostro. Amber era muy importante en esta casa, era como la niña consentida y cualquier cosa que le hiciera mal nos afectaba a todos.

>>Más a nosotros que podemos sentir lo mismo que ella, pero acepto que tu familia ha cuidado bien de mi mujer...

>>¿En serio, Eros? ¿Justo ahora? —refunfuñé, no era momento de ponerse celoso.

>>Lo siento, debía decirlo. Hay que encontrar la forma de calmarla, Azul está como loca y quiere salir a toda costa... No está bien, no sé de qué sería capaz...

>>¿Y si toma el control de su cuerpo? ¿Amber podría descansar, al menos psicológicamente? —estaba preocupado por ella, apenas respiraba.

>>Su mente se apagaría si lo hace por la fuerza, es una opción —murmuró pensativo.

>>Hay que—

Me interrumpí a mí mismo al notar un cambio en la escena. Daisy estaba parada frente a mi chica, viéndola con tristeza.

—Tata, ¿qué pasa? —la voz de la pequeña niña, tan tierna e inocente, hizo que levantara la cabeza para verla—. Estás llorando...

—No pasa nada, cariño, estoy bien —limpió sus lágrimas rápidamente y le sonrió, aunque no le llegó a sus ojos.

Sin mediar palabra, Daisy la abrazó, sentándose en su regazo y rodeándola con brazos y piernas.

Me alejé un par de metros para hablar con mi hermano que tampoco dejaba de observarlas.

—Esperaba que esto saliera mejor —murmuró decepcionado. Yo me sentía igual, la tristeza recorría todo mi cuerpo.

—También yo... —no pude evitar que se me quebrara la voz. Me sentía culpable de cierta forma.

—Amber se quedará aquí, ¿ok? Mañana con Alice llevaremos a Daisy a casa con sus padres, no sé cuándo voy a volver, pero me tienes que mantener al tanto —me señaló con su dedo índice.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora