07

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CAPÍTULO 07


En el reconocimiento del territorio, descubrimos que detrás de las cabañas de las chicas había una entrada al bosque que rodeaba el complejo hasta las montañas. El lago estaba a dos cuadras y, con el frío que hacía, no me hubiera extrañado que estuviera congelado, pero no fue así. Se veía magnífico. Detrás de este se podía observar una tormenta en lo alto de la montaña. Estaba nevando.

El resto del día fue libre. Ambos cursos estábamos divididos en grupos para ocuparnos de las tareas necesarias aquí. Cocinar, limpiar, poner y levantar la mesa, lo normal.

En el segundo día, llegó lo difícil.

Todo estaba congelado. Había helado en la noche y la escarcha aún se veía cuando nos levantamos a desayunar. Nos había dado un gran trabajo salir de la cama en el primer momento, pero luego de un rato lo habíamos logrado.

—Dios, hace mucho frío —se quejó Emily—. No siento los pies.

—Cuando arranquemos a caminar se te pasará —dijo Lola entre sorbos—. Bebe el café, ayuda.

—¿Necesitan algo más? —Tiff estaba en el grupo encargado del desayuno por hoy.

—No, todos están ocupados masticando. ¿Desayunaste algo? —le pregunté. Casi no se oían voces en el comedor, o se estaban alimentando o estaban muy dormidos como para hablar. Una de dos. Tal vez ambas.

—Sí, no te preocupes. Tengo que dar una vuelta más y ya puedo sentarme. Limpieza se encarga del resto —se encogió de hombros.

—Oh, esa soy yo —Lola dejó su taza vacía a un lado.

—Es tu turno, querida —se burló.

—Bien, chicos, Gabriel ya dio el ok así que en cuarenta minutos salimos. Vamos a subir al cerro que está aquí a nuestra izquierda y volveremos a la hora del almuerzo. Al salir del comedor les vamos a estar repartiendo una barrita de cereal, una fruta y un chupetín por las dudas. Llévenlos en la mochila. También agua, no se la olviden —las indicaciones fueron dadas enseguida.

—Ambi, ¿me guardas mis cosas, por favor?

—Claro Lon, no te preocupes. ¿En la mochila rosa? —la busqué con la mirada.

—Sí, gracias.

—A nosotras nos toca la cena hoy, ¿verdad? —asentí. Ems y yo habíamos quedado juntas en el mismo grupo—. Genial.

—¿Vamos? —le pregunté al acabar con todo el desayuno y apilar algunas cosas, para facilitarles el trabajo a los chicos.

—Claro —se levantó—. Creo que me voy a cambiar de ropa, tengo mucho frío.

—Cuando empecemos a subir te va a dar calor. Llévate la otra campera y los guantes, vas a sobrevivir —sonreí. Ella era muy friolenta y la entendía.

—Eso espero —tembló un poco y sus dientes castañearon.

El camino era empinado y agotador, había que tener cuidado con cada pequeña roca, arbusto o raíz de árbol, cualquier movimiento en falso podía hacerte rodar cuesta abajo y nadie quería eso.


Luego de más de una hora, al fin llegamos. Lo primero que hice fue desplomarme sobre una piedra a tomar agua, regular mi respiración y descansar un poco. Me parecía que tenía la presión un poco baja, no me sentía muy bien.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora