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CAPÍTULO 33


AMBER'S POV

Todo mejoró con el correr de los días. Mis recuerdos se fijaron y todo lo que había visto se volvió como un sueño, pude dejarlo atrás y continuar con mi vida. En parte.

—Matt, debo volver a mi casa —me removí entre sus brazos. 

Ya era de noche y todavía seguíamos en su cama, habíamos visto varias películas a lo largo de la tarde ya que había llovido bastante y no había mucho que hacer afuera.

—Quédate un rato más —volteó mi rostro hacia él para besarme.

—Amoooor —me reí, intentando escapar de sus brazos—. Es en serio, mi madre va a matarme.

—Con más razón, quédate aquí —sus labios en mi cuello hacían que me olvidara de todo.

—¿Por qué no vienes conmigo y te quedas en casa? —propuse.

—¿Segura? —dio una vuelta, dejándome a mí sobre su pecho.

—Sip, no me gusta dormir sola en las noches —escondí mi rostro en el hueco de su cuello al sentir que mis mejillas comenzaban a quemar.

—Te amo tanto —sin poder evitarlo, mi corazón se había acelerado.

—También yo, cariño, también yo...


El verano se estaba pasando demasiado rápido y no sabía cómo sentirme al respecto. Por un lado, extrañaba a mis compañeros, ver todas las mañanas a mis amigas, pero por el otro... no quiero volver a la escuela.

Ojalá fuera eterno, así tendría a Matt siempre para mí. Iba a empezar mi último año de secundaria dentro de poco e iba a ser difícil poder vernos constantemente como ahora, lo presentía.

—¿Hija? ¿Está todo bien? —la voz de mi padre me sacó de mis pensamientos.

—¿Ah? Sí, sí, todo en orden. Sólo pensaba —le sonreí, demostrándole que no tenía de qué preocuparse.

—Bien, yo ya me voy, nos vemos en la tarde —murmuró, dejando su taza en la bacha.

—Claro, pa. Ten un buen día —me acerqué a él y lo abracé—. Nos vemos luego.

—Adiós, pequeña —con una sonrisa en el rostro, se marchó de la casa luego de tomar sus cosas.

Sin saber bien qué hacer, me cambié el pijama y tomé mis cosas para luego salir, igual que él.

Me tomé mi tiempo para caminar, todavía era temprano así que no había mucha gente por las calles, sonreí por ello, era bueno tener un tiempo de tranquilidad de vez en cuando.

Luego de media hora, al fin había llegado a mi destino. No toqué el timbre, en cambio, rodeé la casa en busca de la ventana correcta. El vidrio ya estaba abierto, lo que facilitó mi entrada. Una vez adentro, dejé mi mochila a un lado y me quité las zapatillas. Sonreí al ver a Matthew dormido, era realmente tierno, se veía como un ángel.

Corriendo las sábanas a un lado, me acosté junto él y me dediqué a apreciar su perfil durante largos minutos. Era una chica con suerte.

Matt, quien hasta ese momento había estado boca abajo, se dio la vuelta quedando de lado y rodeó mi cintura con un brazo. Tuve que morderme el labio para no reír y despertarlo cuando tiró de mí para acurrucarnos. La paz que reflejaba su rostro duró apenas unos segundos más ya que se despertó asustado.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora