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CAPÍTULO 42


MATT'S POV

Era viernes a la noche y no podría imaginar un mejor plan que este.

Aprovechando que tenía la llave de la casa de mi novia, me había decidido a preparar una cena sorpresa ya que todos llegaban tarde, cansados, y además, mañana era su cumpleaños. ¿Qué mejor que iniciarlo juntos?

Me entretuve picando el pollo y algunas verduras para el relleno de los tacos, sabía cuánto le gustaban a mi chica, así que iba a darle ese gusto.

Mañana finalmente cumplía la mayoría de edad, lo que significaba que su primer celo se aproximaba cada vez más, algo que me tenía de los nervios. Ella era mi debilidad, con una sola mirada podía tenerme a sus pies y necesitaba tener la mente funcionando para cuidarnos. La tentación iba a ser mucha...

El cerrojo abriéndose me sacó de mis pensamientos, Sophia me observó sorprendida al verme en su cocina, pero no tardó en sonreír.

—¿Qué haces aquí, chico? —colgó las llaves, dejó el maletín por allí y se deshizo de su chaquetilla.

—La cena —me encogí de hombros, restándole importancia. 

Lo cierto era que me sentía un poco tímido, era la primera vez que entraba en la casa sin que ellos estuvieran.

—¿Y dónde está la luz de tus ojos? —bromeó divertida.

—Salió a correr hace un buen rato, no tardará en venir y quería sorprenderla —volví a prestarle atención a la comida, no quería que se quemara.

—Ustedes dos son demasiado tiernos —suspiró—. Me recuerdan a mi marido y a mi cuando recién empezábamos a salir. Ha pasado tanto tiempo ya...

—Ojalá pueda decir lo mismo en algún momento —murmuré por lo bajo.

—Ya verás que sí, se nota que se quieren mucho —la mujer sobó mi espalda cariñosamente, dándome su apoyo—. Solo, por favor, no me hagan abuela aún. ¿Por favor? —volvió a repetir.

—No es conveniente un bebé a nuestra edad, ¿verdad? —apagué el fuego, ya tenía todo listo. 

Esa sola frase me generó un malestar interno impresionante, yo sí quería un bebé mío y de Amber.

—No es la edad —sacudió la cabeza—. Tú eres mayor que ella, has experimentado cosas que quiero que ella viva por sí misma. Quiero que cumpla todos sus sueños —me explicó—. Por si acaso, voy a tener una charla con mi hija. Nunca está demás, ¿verdad?

El aroma a vainilla se volvió cada vez más perceptible. Abrí la heladera, saqué una botella de agua de esta y la arrojé hacia atrás, justo a tiempo para que la morena la agarrara sin problemas.

—Gracias, amor —sonrió mientras le sacaba la tapa para darle un trago.

—¿Cómo...? —murmuró atónita su madre.

Ups, por un segundo olvidé que estaba aquí.

—Hola, mami. ¿Qué tal tu día? —cambió de tema a la vez que se acercaba a ella para abrazarla.

—Todo bien, cariño. Estoy un poco cansada, pero nada que no pueda arreglarse —le sonrió tiernamente, y acomodó su cabello en un gesto maternal.

—Me alegro mucho, ma —di un par de pasos en su dirección.

Esta semana había sido diferente, intentamos vernos todos los días como estábamos acostumbrados, pero en ocasiones se nos había complicado. Hoy, por ejemplo, no hicimos más que intercambiar un par de mensajes y la extrañaba mucho.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora