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CAPÍTULO 50


Esto no podía estar pasando. No. Tenía que hacer algo. Tenía que detenerlos.

Matt me sostuvo por el brazo antes de que lograra moverme lejos de nuestro escondite. Lo observé con el ceño fruncido, pero él negó con la cabeza.

>>Nena, ¿recuerdas los entrenamientos? —asentí levemente—. Es hora de ponerlos en práctica, ¿estás preparada?

>>Más que nunca. Saquemos a nuestra amiga de aquí —murmuré con frialdad. No iba a dejar que esos malnacidos se salieran con la suya.

Sin esperar más, ambos corrimos hacia ellos. Eran lobos, de eso no tenía duda, por lo que saqué mis garras y repartí zarpazos a diestra y siniestra, no iba a ser amable con estos tipos, en estos momentos encabezaban mi lista negra e iba a descargar con ellos todas las emociones que había sentido en el último mes. Y habían sido muchas.

Uno me agarró por detrás, sujetando mis brazos y limitando así mis movimientos. Me sacudí furiosa, intentando quitármelo de encima.

—¿Qué pasa, muñequita, ya no eres tan mala? —se burló el idiota, entretenido con mis inútiles intentos de sacármelo de encima.

>>¿Muñequita? Ya va a ver este imbécil —espetó Azul, iracunda.

No podía luchar yo sola, así que ambas estábamos ahora compartiendo mi cuerpo para poder patear más traseros y sin tantos problemas.

Ella me hacía más ágil, más fuerte, más rápida, e incluso más letal.

No era mi intención matar a alguien, pero haría lo necesario para acabar con esto y que los tres pudiéramos salir de aquí lo mejor posible.

Le di un cabezazo en la nariz con toda la fuerza que fui capaz de reunir. Por el sonido que hizo tras el golpe, estaba segura de que se la había roto. Me lo quité de encima en cuanto soltó una mano para intentar detener el sangrado en la zona lastimada. Aproveché la oportunidad y lo envié lejos de una patada en el pecho, lo vi caer inconsciente tras golpearse la cabeza contra una pared.

Para ese entonces, Matt ya había acabado con otros dos, pero aún quedaban un par más.

Me arrojé sobre uno, tacleándolo, y lo tomé de su cabello para luego golpear repetidamente su cabeza contra el suelo hasta que cayó inconsciente.

Nunca había luchado antes así que no sabría decir si lo estaba haciendo bien o no, yo solo me enfocaba en liberar a mi amiga de las garras de estos hombres lobos cobardes que habían golpeado a una simple chica entre seis.

—¡Amber! —el grito de Emily me desconcertó, ¿en qué momento nos había alcanzado?

La busqué con la mirada, escaneando todo el panorama y encontrándola junto con Liv. Estaba arrastrando su cuerpo inconsciente con mucho esfuerzo.

—¡Por allí! —señaló unos metros más allá.

Miré en la dirección que ella señalaba, descubriendo como el último que quedaba estaba golpeando a Matt brutalmente.

Oh, no.

Con mi chico no.

Haciendo uso de la transformación parcial y la energía renovada, me dirigí hacia ellos. Di un salto, cayendo sobre la espalda del tipo. Me sujeté de una rama cuando Matt lo atacaba por las piernas, y lo rematé, incrustando su cabeza en el tronco del árbol.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora