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CAPÍTULO 01


—¡Amber! —me giré en dirección a la voz que me llamaba—. ¡Espérame!

Cerrando bien mi abrigo, me quedé ahí y esperé a Emily. Ella era mi mejor amiga desde hacía años, era casi una hermana para mí. Ésta llegó agitada, su cabello rubio apuntando en todas direcciones le daba un aspecto gracioso. Al oír mi risa se peinó rápidamente con las manos, volviendo cada mechón a su lugar.

—¿Mejor? —preguntó con una mueca en su rostro, entrecerrando los ojos.

—Estás bien así —le di un último toque—. ¿Qué ocurre? Realmente está haciendo frío hoy —un escalofrío me recorrió gracias a la brisa que corría. Acababa de iniciar la primavera, pero parecía que el clima no se había dado por enterado.

—Por eso vengo, Tiffany nos está esperando en la camioneta con su madre, nos invitaron a comer —los ojos le brillaron al pensar en la comida, eso y que amaba ir de los Powell.

—¿Qué estamos esperando? ¡Vamos! —con tal de no tener que caminar a casa hacía lo que fuera.

Estábamos a finales de septiembre y aún restaban dos meses más de clases, no vivía precisamente cerca del colegio, así que aprovechaba estas oportunidades. Además, era la única que vivía de ese lado de la ciudad, rara vez conseguía un aventón.

—¡Buen día, chicas! —1nos saludó la mujer en cuanto subimos al vehículo.

—¡Buen día, Señora P! —saludamos al unísono.

—¿Se dan cuenta de lo poco que falta para que terminemos las clases? El año pasó muy rápido... —exclamó la rubia.

—No veo la hora de terminar este año, necesito descansar, no tener que hacer absolutamente nada... ¡Quiero dormir más de 5, 6 horas diarias! —gruñó Tiff.

Tiffany tenía los ojos claros, una estupenda combinación entre celestes y verdes, totalmente impresionantes. Sumado a eso, su cabello rojizo... Por favor, su belleza era todo un milagro de la naturaleza, lo que yo llamaba una buena genética. Su hermano no compartía la mayoría de sus genes, pero era igualmente guapo a pesar de tener dieciséis años recién. Tenía el cabello castaño oscuro y ojos cafés, buen cuerpo y un gran sentido del humor, era uno de mis mejores amigos también.

—Te entiendo, Tiff —suspiré, mis horas de sueño cada vez eran menos—. Pero este será uno de los mejores veranos juntas, lo presiento —sonreí al imaginármelo.

—De eso no hay dudas —la rubia chocó su hombro con el mío, estando de acuerdo.

—¿Cuándo vuelve Lola? —preguntó la mujer tras el volante.

—En unos días, creo —le respondió su hija—. La maldita está disfrutando en la playa al otro lado del mundo mientras nosotras seguimos en clase —bufó indignada.

—Hey, tú te fuiste en invierno —le dijo Ems desde los asientos traseros.

London, mejor conocida como Lola, era la cuarta integrante del grupo, una preciosa morena de ojos claros. Ella, Emily, Tiffany y yo éramos amigas desde hacía 3 años aproximadamente. Obviamente nos conocíamos desde antes por ir al mismo colegio, pero la química y la complicidad que compartíamos ahora no había surgido hasta ese entonces.

Nunca imaginé que podríamos llevarnos tan bien, pero ellas eran lo mejor que me pasó y estaba muy contenta con nuestra amistad.

El automóvil volvió a arrancar cuando la luz del semáforo cambió de color y me entretuve viendo por la ventanilla. A esta hora las calles eran un caos, ya que al mediodía terminaban las jornadas en las escuelas y en la mayoría de los trabajos, por ende, había muchísimo tráfico.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora