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CAPÍTULO 26


Suspiré, estirándome en la cama, mis músculos se quejaron por la acción. La habitación se encontraba iluminada por los rayos de sol que lograban traspasar las cortinas de la suite, dándole un aspecto casi mágico.

A pesar de eso, lo que me despertó fue otra cosa. Había nada más que silencio, no volaba ni una sola mosca en el hotel, no entendía qué había ocurrido para sacarme de mi sueño.

Hubiera preferido descansar otro rato, pero no me quejaba si podía ver a Matt dormir boca abajo, con la sábana cubriendo desde su cintura en adelante. Era precioso, madre mía, un  deleite para la vista de cualquiera. Te dejaba sin aliento sin siquiera intentarlo, no era justo.

Pasé mi mano izquierda delicadamente por su espalda, trazaron distintos patrones en su piel desnuda con la suavidad necesaria para no interrumpir su sueño. Estaba tan tranquilo, parecía un ángel caído del cielo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, estaba tan relajada que apenas me movía, solo estaba disfrutando de la vista. Esto del vínculo era tan raro, podía sentir cómo las emociones fluían entre nosotros constantemente, aunque aún me costaba identificar cuáles eran las suyas y cuáles mías. Era como una burbuja que nos rodeaba y protegía a ambos, manteniéndonos en la misma sintonía, unidos.

El estómago me rugió con fuerza, señalando la falta de alimento. Malditos lobos y su necesidad de una monstruosa cantidad de calorías al día. Me pasaba todo el día comiendo, literalmente. Y lo peor era que era bastante selectiva, no se me daba por comer cualquier cosa, tenía antojos.

Lentamente, me incorporé en la cama, sintiendo una profunda puntada en la parte baja de mi abdomen al instante. Demonios. Conteniendo la respiración, bajé mis piernas y me coloqué sobre mis pies. Solté un suspiro al lograrlo.

Me pasé los próximos segundos tomando respiraciones profundas mientras me colocaba la parte inferior de la ropa interior y una camiseta de mi novio, antes de salir del cuarto lo más rápido que mis piernas me lo permitieron.

Necesitaba comida cuanto antes, estaba famélica.


<< Sus manos se pasearon por mi cuerpo, dejando un rastro de fuego en ella. Me sentía quemar, no me paraba de retorcer entre sus dedos. Dios, se sentía tan bien. Nunca había experimentado algo así...

¿Estás lista, amor? depositó un suave beso en mi mejilla, haciendo que abriera los ojos para verlo directamente. Asentí, los nervios se asentaron en mi estómago, poniéndome tensa—. Hey, tranquila, podemos parar si quieres.

Estoy bien, solo un poco nerviosa mordí mi labio inferior, tratando de relajarme—. Continúa...

¿Segura? volví a asentir Bien, tus ojos en mí, ¿sí? No los cierres sus nudillos recorrieron mi rostro, asegurándose de que lo hiciera—. Mírame a mí.>>


—¡Servicio a la habitación! —golpearon la puerta antes de abrirla y que uno de los empleados dejara la bandeja con el desayuno sobre una de las mesas, luego de darme los buenos días.

—Gracias —sonreí avergonzada, después de todo, tenía poca ropa encima. No había esperado que entrara, creí que dejaría el pedido en el pasillo.

—Que tenga buena mañana, señorita —se despidió antes de cerrar la puerta de la habitación.

La vista que obtuvo fue suficiente propina, o eso diría mi novio.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora