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CAPÍTULO 52


¿En serio crees que ir a una fiesta con Liv, sabiendo lo que pasó la última vez, sea una buena idea? —preguntó Matt, del otro lado de la línea.

—Diablos, no había pensado en esa posibilidad —dejé el delineador a un lado, mirando la pantalla de mi celular como si me fuera a dar la respuesta—. Se notaba bastante emocionada cuando se lo comenté hace unos días... tal vez lo dijo por compromiso... ay, soy un desastre —me lamenté, sintiéndome un poco culpable.

Mi curso se había organizado para salir todos juntos. Al parecer estar en el último año significaba vivir de fiesta para muchos. Había pensado en mí, en divertirme con mis amigos, olvidándome de Liv y lo que podía sentir ella.

La última vez que salió de fiesta no terminó bien, sino que acabó sangrando sobre la barra de mi cocina.

Maldición, ¿cómo pude olvidarlo?

No digas eso, nena...

—Matt tiene razón, Ams. Aparte, estás hecha un bombón, este look no se puede desperdiciar... —se rió la morocha, apoyándose en el marco de la puerta del baño. Ni siquiera la había oído cuando se acercó, había sido bastante sigilosa.

—¿Estás segura? Podemos quedarnos, no hay problema —sugerí con culpa recorriendo mis venas. Era mejor deshacer una hora de "producción" que hacer que una amiga se sintiera incómoda toda la noche.

—Si no estuviera segura no me hubiera molestado en comprarme algo para la fiesta —dio una vuelta completa sobre sus pies, mostrándome su modelito.

En las dos semanas que habían pasado, Olivia se instaló en el cuarto de invitados —el cual ya tenía su toque personal—, y consiguió trabajo en un gimnasio, al parecer en su manada aprendió defensa personal y técnicas de combate, lo cual la hacía apta para el trabajo. Estaba muy feliz por ella, parecía estar feliz de estar con nosotros en la ciudad.

—Estás muy guapa, Liv —le dije mientras le guiñaba un ojo.

Sí, yo también lo creo, aunque no pueda verlas, claro —la voz de mi novio se hizo escuchar otra vez.

—Casi olvido que estábamos hablando —me reí, avergonzada por haberlo olvidado.

—¿Hija? —papá apareció por el pasillo—. ¿Les falta mucho? Así las llevo y me acuesto —bostezó sonoramente, sus ojos estaban un poco rojos por el cansancio.

Yo puedo ir por ustedes —se ofreció Matt, no había dicho nada antes porque Alex estaba convencido que él debía llevarnos—. Y luego las voy a recoger, no tengo problema.

—Cada vez me caes mejor, chico —sonreí, viéndolo divertida—. Bien, cuídense, ojo con lo que toman y no dejen que ningún loco se sobrepase, ¿estamos? —ambas asentimos—. No importa que seas una loba, sigues siendo mi niña —besó mi frente—. Y tú eres la amiga loba de mi niña —esta vez besó su mejilla—. Despídete de tu madre, ¿ok?

—Sí, enseguida voy —le aseguré.

—Que tengan buena noche, chicas. Gracias por el favor, Matt —mencionó, mirando hacia el teléfono.

Cuando quieras, Alex. Sabes que aprovecho cualquier excusa para ver a mi chica —mis mejillas se calentaron al oírlo llamarme así, me encantaba que lo hiciera.

—Cuídala, hijo, ¿está bien? —suspiró cansado. 

Liv se fue sigilosamente hacia mi cuarto, a terminar de arreglarse mientras nosotros tres seguíamos hablando.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora