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CAPÍTULO 30


Unas horas antes...


La búsqueda por los alrededores continuaba, los tres hombres llevaban horas revisando hasta debajo de las piedras. El más joven ya se estaba desesperando, queriendo arrancarse el cabello de la frustración. Había amanecido ya y no habían progresado nada en un par de horas.

—¡Matt, por aquí! —la voz de su padre hizo que dejara lo que estaba haciendo y corriera hacia él.

—¿¡La encontraste?! —su interior se agitó ante la posibilidad.

—Eso creo —en apenas unos segundos ya estaba a su lado.

Necesitaban esa planta extraña si querían despertarla.

—No, no la toques —le gritó justo a tiempo—. No puedes tocarla directamente, te causará alucinaciones.

Sacó el contenedor que habían traído y recolectó la planta con mucho cuidado. Enseguida corrieron al auto y se subieron a este, para luego dirigirse a toda prisa hacia la casa.

Julian había contactado con una vieja amiga que trabajaba en el Consejo para que los ayudara con Amber. Había sido difícil, pero había dado con ella, quien no dudó en venir. Esperaban que la bruja pudiera hacer algo al respecto. Por órdenes de ella habían revisado cada espacio verde para encontrar la dichosa planta.

Estaban exhaustos, pero con mejor ánimo. Tenían en sus manos el ingrediente que necesitaban, eso era lo importante.

—¿La consiguieron? —les preguntó la bruja mientras trabajaba en la poción.

—Sí, aquí tienes —se la entregaron.

—Terminaré pronto y podremos ir por ella, ¿ok? —le dio una mirada fugaz a Matthew que era el más ansioso.

Una media hora después, ya estaban entrando en el hospital. Aunque ahora necesitaban un plan para acceder a la habitación sin que los padres de Amber supieran lo que estaban haciendo.

—Yo hablaré con ellos —se adelantó Robert—. Quédate en el pasillo, Julian, en caso de que te necesiten adentro —el muchacho asintió de acuerdo.

—No se fueron hace mucho —mencionó Matthew, tras olfatear el cuarto de su novia.

—Mejor, les conseguiré todo el tiempo que pueda —aseguró el mayor.

—Suerte chicos —les deseó Ju.

Luego del casi accidente automovilístico en el que Amber se había golpeado la cabeza, ella no había despertado más. Los médicos no podían explicar el motivo, todos los estudios que le hicieron estaban en orden. No había explicación alguna, al menos no médica, por eso los Price habían decidido recurrir a la magia mientras los Cox organizaron el traslado de su hija.

El estado de Amber no había cambiado en todo el viaje, desgraciadamente.

—¿Qué hay que hacer? —preguntó nervioso.

Se suponía que esta era la parte sencilla. Lo importante era que recobrara la consciencia, luego averiguarían la razón de todo esto.

Matt no lo soportaba más, llevaba mucho sin poder comunicarse ni con Azul ni con Amber, y eso lo estaba volviendo loco. Se sentía impotente, no había nada que él pudiera hacer para despertarla, había intentado todo lo que estaba en su poder. Aixa era su última esperanza.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora