03

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CAPÍTULO 03


Si era sincera, estaba entrando en pánico. Tenía la sensación de que alguien me observaba, de que alguien me estaba siguiendo. Podía sentirlo y eso me asustaba.

Mi mente iba a diez mil por hora, al igual que mi corazón. Si seguía así tendría un colapso en plena calle y las bolsas de las compras no hacían las cosas más fáciles. Había ido a hacer las compras al supermercado cercano, fui caminando ya que era temprano, pero al volver, me encontré con alguien a quién no quería volver a ver durante este siglo y el próximo. Él me había lastimado tanto y, en cuestión de minutos, había arruinado la poca estabilidad emocional que había logrado en este tiempo.

Las luces de la calle se apagaron de repente, dejándome a oscuras completamente. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, ahora sí estaba aterrada.

Tenía que llegar a casa a como diera lugar.

Ay mamá, me iban a robar hasta la ropa interior y la que traía puesta no era linda, ¡maldición!

Traté de ver algo, pero era imposible. Di media vuelta y corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, alejándome de ahí, por si acaso. Necesitaba algo de luz o me daría un infarto.


《 Temblé un poco al sentir el frío en mis brazos y piernas descubiertas, la temperatura había descendido bastante en las últimas horas. No estaba segura de qué hacía afuera, solo recordaba que necesitaba salir de ese lugar. Y eso había hecho, aunque completamente sola. Parecía que, después de todo, no era mi noche en lo absoluto.

Hey preciosa, ¿te perdiste? —un hombre apareció detrás de mí, probablemente estaba entre los autos y por eso no lo había visto.

Sin dirigirle la palabra, volví a girarme y aceleré el paso queriendo generar distancia entre ambos. Lamentablemente, no se rindió y el tipo comenzó a caminar detrás de mí. Su voz se hacía más fuerte a cada momento y sus "cumplidos" eran desagradables, demasiado. Le hubiera hecho frente si no fuera porque veo un poco borroso y mi cabeza me pesaba. No debería haber tomado tanto, ¿por qué lo hice?

¿Por qué no dejas de correr y nos vamos a mi auto? Nos vamos a divertir, te lo prometo —su mano tomó mi brazo con fuerza, obligándome a verlo directamente a la cara.

Ay por dios.

Suéltame —forcejeé intentando liberarme y por suerte lo logré tras un par de intentos.

Sentía los latidos de mi corazón en la cabeza, estaba asustada y el hecho de que no pudiera enfocar la vista correctamente no me ayudaba. Él sólo se burlaba de mí y yo estaba desesperada por correr lejos.

No sabía qué hacer, todo estaba en completo silencio, sin contar con la música del boliche, y parecía que no había nadie cerca como para ayudarme. Podría patearlo, preferiblemente en la entrepierna, y salir corriendo de aquí como alma que lleva el diablo, aunque para eso primero tendría que poder verlo con un poco más de claridad.

Mierda. Estaba perdida.

Un gruñido aterrador se oyó, al principio creí que había sido el hombre, pero este fue derribado, tirando mi cuerpo al piso al mismo tiempo.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora