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CAPÍTULO 53


—Ahg, ¿qué demonios me pasó? —la oí refunfuñar, estaba seguro que era su cabeza la que la estaba molestando.

—Eso es lo que pasa cuando bebes como si no hubiera un mañana —me burlé desde el baño que era donde me encontraba, me había despertado hacía media hora y había aprovechado que ella seguía durmiendo para darme una ducha.

—Ah, no grites tanto —se quejó. Podía imaginármela cubriendo sus oídos. No había levantado mucho la voz, en realidad.

—Te prepararé la receta secreta de Julian contra la resaca —sacudí la cabeza, la iba a necesitar si iba a estar tan sensible.

—Eres el mejor —murmuró levemente en agradecimiento.

—Lo sé, me lo dijiste muchas veces anoche —me aproximé a ella y besé su coronilla, ya que tenía la cabeza enterrada en la almohada.

—Oh dios, ¿hice algún papelón? —se movió lo suficiente como para verme.

—Ya te contaré todo —me levanté y acomodé mejor la toalla que rodeaba mis caderas.

—Hazlo, pero mantén la toalla allí hasta que esté lo suficientemente despierta como para intentar quitártela —su comentario me sacó una sonrisa.

—Hecho.

La sonrisa no se borraba de mi rostro, había sido divertido verla así. Era una nueva faceta que había descubierto en mi chica, una en la que era bastante parecida a Azul, aunque con menos comentarios cachondos.

Me dispuse a preparar un rápido y abundante desayuno para ambos, podía oír su estómago desde aquí, estaba famélica y yo aún no había comido nada tampoco.

>>Aún no me creo todo lo que dijo —se rió el lobo—. En serio nos ama.

Ella se había despertado de su siesta cuando la estaba bajando en brazos del auto y luego de eso, ya no se pudo dormir en un largo rato, tiempo que aprovechó para hacer un par de confesiones. Amber me había recitado casi cien razones por las que me amaba y eso me había derretido completamente. Entre ellas había incluido la manera en que la miraba, mis abdominales, mi cabello, la forma en la que decía su nombre y mis abrazos. Escucharla había sido una maravilla, cada palabra me había llenado tanto...

En una noche había hecho que la amara más de lo que alguna vez creí posible.

>>¿Acaso lo dudabas? —fruncí el ceño.

>>No, pero me sigue sorprendiendo. No lo sé, supongo que no esperaba encontrar a mi mate tan pronto —me explicó algo extrañado.

¿Qué? ¿De qué estaba hablando?

>>¿Te arrepientes de haberla marcado? —esto no me estaba gustando nada.

>>¡No! Ni siquiera lo pienses —se sacudió—. Amo a esa loba, y amo a la humana que la tiene en su interior, daría mi vida por ellas —me aseguró—. Supongo que estuvieron pasando tantas cosas que nunca me detuve a pensar lo que significaba ya tener a nuestra pareja con nosotros...

>>¿Qué quieres decir con eso? —pregunté confundido.

Sus pensamientos estaban siendo más profundos de lo que normalmente eran, lo cual me extrañó. Eros no solía pensar mucho las cosas, era más impulsivo que otra cosa.

>>Nunca más estaremos solos, Matt —sonó feliz al decir aquello—. Veremos crecer a nuestra chica, la veremos convertirse en toda una mujer y le sostendremos la mano mientras cumple todos sus sueños...

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora