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CAPÍTULO 36


Bajamos al living media hora después, ya que me había dormido mientras Matt se duchaba, y aunque sólo fueron unos minutos, me sentía mucho mejor ahora, más recuperada.

—Que pesado —rodé los ojos y coloqué una mano sobre mi estómago, no había dejado de gruñir desde que desperté.

—¿Hace cuánto no comes algo? —volteó a verme divertido.

—Muchas horas —hice una mueca—. Desde anoche, creo.

—Tranquila, cariño, el desayuno ya está servido —la abuela pasó con una bandeja en las manos, e hizo una seña con la cabeza para que la siguiéramos.

—No me has dicho cómo se llaman —hablé lo más bajo posible, para evitar que me escuchara.

—Emma y Ryan —contestó de la misma manera justo antes de entrar al comedor.

—Wow —fue todo lo que salió de mi boca al ver la mesa llena de comida.

Robert, quien ya estaba sentado allí, soltó una gran carcajada a la par que sus padres me miraban sonriendo, no pude evitar sonrojarme. Mis mejillas quemaban cuando tomé asiento bajo la atenta mirada de todos.

—Entonces, Amber, ¿cuántos años tienes? —Ryan fue el primero en hablar.

—Tengo diecisiete —presioné mis labios, escondiéndolos dentro de mi boca.

—¿Estás en tu último año? —la cálida sonrisa de la señora hizo que me sintiera menos nerviosa.

Matt estaba por terminar la universidad y yo aún no acababa la escuela, la gente no siempre aceptaba esa diferencia de edad.

—Así es —sonreí, viendo de reojo a mi chico, quien me guiñó un ojo al descubrirme.

—¿Y tus padres? —preguntaron a continuación.

—Ellos no saben nada sobre los hombres lobo —me miraron impresionados—. Fui transformada en un viaje y desde entonces ha sido difícil de... cubrir. Hemos pasado por varias cosas y no me gusta mentirles, aunque sé que es necesario —les expliqué con una mueca.

—¿Quieren contarnos? Vemos cómo se miran —Emma tenía una sonrisa divertida en su rostro.

Juntos, les relatamos todo lo ocurrido desde que nos conocimos, a veces entre risas y a veces un poco afligidos.

—Eso... por la Diosa Luna —Emma cubrió la boca con su mano, totalmente sorprendida. Ryan nos miró de uno a otro, sin creérselo.

—Y no olvides lo último —agregó mi cuñado—. Saltaste del auto y salvaste a mi mate y a su hermana. Te estaré agradecido toda la vida, Amber. En serio.

—No fue nada —me encogí de hombros, restándole importancia—. ¿Cómo están ellas?

—Alice está bien, no ha recobrado la conciencia, pero está descansando junto con Daisy. Leo se comunicó con su loba, se está recuperando, no hay nada de qué preocuparse —tenía una gran sonrisa en los labios, de esas que se formaban en tu rostro al hablar de la persona que te gustaba.

Adoraba verlo así. Se merecía ser feliz.

—¿Cuando llega el resto de la familia? —preguntó Robert, podía decir que estaba entusiasmado por verlos.

—Llegarán luego del almuerzo, están muy contentos por reunirnos todos otra vez. Se llevarán una grata sorpresa al ver que nuestros dos muchachitos ya encontraron a sus mates —los vieron sonrientes.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora