65

321 26 8
                                    


CAPÍTULO 65


Semanas después...

—¿Y, qué dices? ¿Me llevas? —le pregunté a Matt, observándolo desde su pecho, donde mi cabeza estaba recostada.

—¿Cuándo es que tienes que ir? —se notaba que estaba pensando al respecto. Sabía que era buena convenciendo a las personas, en especial a él.

—Mañana —escondí mis labios, haciendo una mueca—. Mañana por la mañana.

—¿Qué? —se incorporó, levantándome a mí también—. ¿Por qué no me dijiste antes?

—Es que mi madre me iba a llevar, pero al final no le dieron el día y realmente necesito ir, lo planeamos cuando estuve castigada por eso no te lo pedí antes —le expliqué tranquilamente. Él suspiró mientras asentía con la cabeza.

—Ahora recuerdo, ya habíamos hablado de esto. Entonces, ¿vas a faltar al colegio? —se acomodó contra el cabecero de la cama, mirándome atentamente.

—Sí, apenas he faltado durante el año, puedo hacerlo. Incluso tomarme lo que queda de la semana, si te interesa... —una pequeña sonrisa pícara se abrió paso en mi rostro.

—Mmm eso me da una idea —me tomó de la cintura y me sentó sobre su regazo—. ¿Qué tal si le hablo al abuelo y vamos a ver el departamento luego de pasar por tu universidad? Podemos visitar todas las propiedades que te mostré y elegimos la que más nos guste.

—¿Nos podemos quedar todo el fin de semana también? Así podríamos ir conociendo la ciudad... —propuse, unos días sola con mi mate no me vendrían mal. Los exámenes habían acabado con mis neuronas, y aún faltaba una nueva tanda en un mes.

—Me gusta la idea —asintió, para luego besar mis labios castamente—. Primero voy a asegurarme de tener el auto disponible —tomó el celular, que estaba sobre la mesa de luz, y rápidamente marcó el número de su padre—. Hola, pa.

Matt, hijo, ¿todo está bien? Recién llego y no estás en casa —se oyeron ruidos del otro lado, realmente acababa de llegar.

—Estoy bien, estoy con mi chica —escondí mi rostro en su cuello—. Escucha, ¿mi hermano está en casa?

No, está con Alice. ¿Necesitas el auto? —preguntó, podía sentir la sonrisa en su voz.

—¿Cómo lo supo? —me reí sin poder evitarlo, había descifrado sus intenciones en segundos.

Conozco a mis hijos —respondió, también riéndose—. Además, está contigo, así que... o es el auto, o estás en problemas, lo cual no creo porque te estás riendo.

—Está bien, acertaste —rodó los ojos—. Mi chica necesita ir mañana a inscribirse a su universidad —se lo notaba orgulloso al decirlo.

¿En serio? Por la Diosa Luna, la pequeña cachorra está creciendo demasiado rápido —lloriqueó, haciéndome soltar una nueva carcajada—. Matt, dile que deje de crecer.

—Lo sé, papá —hizo pucheros su hijo—. Yo tampoco puedo creerlo.

—¿Quiénes son los cachorros ahora? —por favor, que nunca se alejaran de mí esta loca familia de lobos. 

Mi familia.

Bien, bien, me calmo. Voy a llamar al abuelo para avisarle que van a ir, supongo que querrán visitar las casas y los departamentos, y yo tengo que hablar un par de cosas con él que luego les contaré —se relajó, tomando el tema con seriedad.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora