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CAPÍTULO 17


La mañana había amanecido fresca, era demasiado temprano para mi gusto, pero apenas había podido pegar un ojo en toda la noche, había hablado hasta tarde con Emily sobre cualquier tema que se nos vino a la mente y luego, cuando al fin pude dormirme, tuve una pesadilla. Definitivamente sufría de extrañitis.

—¿Qué necesitas que busque? —le pregunté a mi madre, estábamos haciendo las compras en el supermercado.

—Emmm —revisó la lista que hizo antes de venir—. Galletitas, jugo, leche, chocolate en polvo, y lo que encuentres que te guste, tus amigas arrasaron con la despensa estos días —sacudió la cabeza.

Qué podía decir, amábamos la comida.

—Bien, vuelvo en un rato —me paseé por los pasillos del gran lugar, tomando entre mis manos lo necesario.

Faltaba cada vez menos para Navidad y Año Nuevo, y no podía evitar estar emocionada porque iba a ser la primera fiesta que pasaría con los Price. Mis padres estaban entusiasmados con la idea de festejar todos juntos, ellos realmente querían a mi chico y estaban felices por nosotros, era el primer novio que les presentaba, después de todo, así que esto era muy importante para mí.

Mi corazón empezó a latir con fuerza al pensar en él, había estado ocupado la última semana con los exámenes finales de la Universidad, y por eso apenas nos hablábamos, ni hablar de vernos. Me la pasaba en casa porque sabía que si salía terminaría yendo a la suya y no podía intervenir en sus estudios, era algo importante para él, algo que lo apasionaba, y yo respetaba eso.

Él había hecho lo mismo conmigo, había sido comprensivo y ahora era mi turno.

Mis amigas ya se habían enterado de él, me habían obligado a contarles cada detalle sobre nuestra relación y pasaron estos días metidas en mi casa, acompañándome y, obviamente, aprovechando la piscina. Adoraba a mis amigas.

—¡Amber! —escuché que me llamaron. Me giré, observando a mis espaldas.

—¡Julian! —rápidamente me acerqué a él en la sección de lácteos y lo abracé con fuerza, era lo más cerca que podía estar de mi novio así que aproveché.

—Wow, diría que me extrañaste, pero me estás olfateando —se rió—. Calma, mi hermano está bien —sus brazos me estrecharon con fuerza y eso me relajó un poco.

—Lo extraño, Ju. Necesito verlo —lloriqueé en sus brazos.

—Sí, lo sé, Matt está igual, pero hoy da su examen y van volver a verse, tranquila, hoy es el último al que se presenta —pasó las manos por mi espalda.

—No pensé que me costaría tanto estar separados, no sé qué me ocurre, siento como un vacío en mi interior, estoy triste todo el tiempo... como si sufriera de depresión —le expliqué—. No puedo más, Jul. Llevo luchando contra Azul por mucho tiempo, no hace ni un mes que estoy en esto, es muy difícil —mi voz perdió fuerza de a poco, dando lugar a la de Azul en algunos momentos, mi mandíbula dolía de la fuerza que estaba haciendo para contenerla.

—Amber, respira profundo. Tus ojos están cambiando, no puedes dejar salir a Azul aquí, hay mucha gente. Vamos, respira conmigo —seguí sus instrucciones, no necesitaba montar un espectáculo en un lugar público.

>>Azul, por favor. Ahora no —las garras empezaban a salir, lastimando las palmas de mis manos.

>>No lo entiendes, lo necesito. Ya no puedo esperar —mis huesos tronaron, preparándose para la transformación—. Es su olor, tengo que ir a buscarlo.

《Ambett》[AE#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora