Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 29

Después de la sesión de fotos que había ocupado parte de su mañana e incluso de la tarde, lo único que quería era volver a casa y pasar tiempo con las pequeñas. Sabía que jugar unos minutos con ellas le haría olvidar el pesado día que había tenido. Ni quería ni tenía la obligación de escuchar los problemas de los demás cuando su vida era un gran drama desde hacía ya un tiempo. Y el tener que aguantar a gente como Dana le hacía recordar lo poco o nada que le gustaba tener que hacer algo de publicidad.

Tendría que ponerse las pilas y volver a plantearse el coger la cámara y trabajar sobre una nueva exposición. Al menos así le callaría también la boca a Oliver sobre su "bloqueo", pero bueno, eso sería otro día. Ahora lo importante; recoger a las niñas y refugiarse en casa con ellas.

Pero para su sorpresa, cuando fue a recogerlas su idea de ir a casa cuanto antes para distraerse con ellas se borró rápidamente de su mente. Ya que ese "Estamos en el baño y vamos a tardar un poco" rompió con su plan en un abrir y cerrar de ojos. Aunque lo que no esperaba era lo que Lexa le dijo a continuación, porque ese "¿Por qué no subes?" le pilló totalmente fuera de juego, aunque más fuera de juego le dejó su propia contestación después de que Lexa insistiera con un tan solo "podrías echarme una mano".

Así que sí, casi sin ser consciente se encontraba subiendo por primera vez al piso donde Lexa vivía, el sitio donde vivía sola tras su separación, bueno...o al menos eso pensaba. Quizás tendría un compañero o compañera con quien compartía gastos y demás. Quizás sería lo suficientemente grande como para que tuviera más de un compañero de piso, porque claro, ella no tenía ni idea, nunca había estado ahí. Y la verdad, es que ahora mismo la curiosidad comenzaba a crecer rápidamente.

Tras salir del ascensor, comprobó que la puerta estaba un poco abierta, seguramente Lexa la había dejado así para que no tuviera que tocar y que pasara directamente al interior. Algo que rápidamente le recordó a cuando la castaña aun vivía con las chicas en el piso y solía hacer lo mismo cuando iba a visitarla.

-Joder –susurró a unos centímetros de la puerta.

Aun tenía la oportunidad de girarse sobre sus pies, volver al ascensor y esperar en el coche. Sí, quizás era lo más sensato y correcto. Porque pensándolo bien... ¿qué narices iba a hacer? ¿Entrar ahí como si nada? ¿Cómo si fueran amiguísimas?

-Joder –volvió a susurrar, esta vez pensando en que se moría de ganas de ver a las pequeñas y cuanto antes.

Así que le echó valor y suspiró antes de tocar ligeramente con sus nudillos en la puerta.

-¿Clarke? –Escuchó la voz de Lexa después de tocar.

-Sí, soy yo –contestó aun sin entrar, sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo.

Malditos nervios. ¿Qué narices le pasaba?

-Pasa –le animó Lexa –estamos aun en el baño –le informó mientras ella cerraba la puerta de entrada, quedándose por unos segundos parada, dándose cuenta de que había llegado el momento de descubrir donde vivía Lexa y si su teoría de que podía vivir acompañada era cierta. Aunque lo dudaba un poco la verdad, las niñas nunca le habían comentado nada.

Y aunque no sabía realmente donde podría estar el baño, estaba segura de que no tendría perdida, era un piso, no un maldito castillo medieval.

Lo primero que vieron sus ojos fue un corto pasillo, totalmente despejado de muebles o decoración, que la guió hasta un espacio abierto donde descubrió un pequeño salón que conectaba directamente con la cocina tras una gran barra. ¿A destacar? En aquel lugar la decoración escaseaba demasiado. Muy demasiado. En el salón había dos sillones negros, una pequeña mesita de cristal sobre una alfombra que alternaba el blanco y el negro, y un mueblo, de color blanco, con una televisión. Tan sólo pudo ver en un primer vistazo un par de fotos sobre dicho mueble. Unas fotos que podía reconocer entre un millón. Fotos que ella misma les había echado a las niñas.