Capítulo 78

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Lexa había ido a casa, sí. Pero había ido por un motivo muy contrario al que su mente había ido creando voluntariamente en el momento que la vio en la puerta. Porque su estúpida mente y ella pensaban que había llegado hasta ahí para hablar, para dejar que se explicase por fin y para intentar aclarar las cosas entre ellas. Así que la sorpresa fue bastante llamativa, y jodidamente grande, cuando Lexa le habló de esa forma tan fría y distante, informándole de que se llevaba a las niñas, haciendo que su idea de poder solucionar las cosas se destrozara por completo en apenas unos segundos.

Y ella estaba enfadada. Enfadada y desconcertada. Porque no entendía la actitud de Lexa, porque ella siempre había sido la de hablar las cosas e intentar solucionar los malentendidos, y justo en ese momento, cuando más lo necesitaban, no quería y ni mostraba un ápice de querer, sorprendiéndole bastante esa frialdad con la que le había hablado desde por la mañana cuando se despertó en el piso hasta cuando fue a por las pequeñas. Un par de bofetadas de frialdad contra su sistema y como si le hubiesen tirado por encima un par de bolsas de cubitos de hielo.

El enfado y el desconcierto pasaron a ser frustración en cuanto la puerta se cerró, observando cómo las tres personas más importantes de su vida se marchaban juntas. Una frustración que iba en aumento a cada minuto, porque encima no tenía nada que hacer y no tenía a las pequeñas para que amenizaran su tiempo, permitiéndole a su cabeza dar vueltas y vueltas, intentando pensar una opción adecuada a la situación que les estaba tocando vivir, y pensando también en cuál sería el mejor paso a dar ahora mismo. Ahora que todo estaba fuera de lugar y desencajado.

¿Qué podía hacer ahora que Lexa no quería hablar con ella? ¿Insistir? ¿Darle espacio? ¿Insistir más? ¿Ser tan jodidamente pesada que no le quedase más remedio que dejarle hablar? ¿Dejarle esos días para que desconectase? ¿Intentar también usar esos días para afianzar su confianza y poder hablar con tranquilidad y serenidad delante de ella?

Dios. Estaba tan jodidamente perdida, tan sumamente perdida, que cuando despertó al día siguiente lo primero que hizo fue vestirse y coger el coche para visitar a su madre, para pedirle una opinión al respecto y que ella, que estaba viendo todo desde fuera, le dijera que podía hacer. A veces dicen que una tercera opinión es buena y que incluso es la correcta, y bueno, la opinión que iba a buscar era la de su madre, la persona más neutral en el tema de su separación, pero también la que más collejas le había dado por hacer las cosas mal. La misma que le había regañado más en esos meses que en toda su vida de joven adolescente contra el mundo.

-¿Clarke? -Preguntó su madre sorprendida nada más abrirle la puerta.

-Buenos días mujer -saludó mientras veía reflejado en el rostro de su madre algo de nerviosismo. -¿Qué haces aún así? -Preguntó viéndola con la bata de casa y algo despeinada.

Se sorprendió un poquito porque eso no era nada apropiado en ella. Porque Lexa era la persona correcta, pero su madre era la correctísima y ella el desastre que compensaba a ambas, algún día deberían de darle las gracias por lograr el equilibrio perfecto en sus vidas.

-Por dios son las siete de la mañana -contestó su madre mientras ella intentaba entrar dentro de la vivienda, pero su cuerpo puesto estratégicamente entre la puerta y la entrada le privaban de hacerlo.

-Déjame pasar -bufó algo desesperada y poniendo los brazos en jarra tras un intento fallido.

-¿Por qué no esperas un momento a... -su madre hizo un intento de pregunta. Un intento porque se quedó en eso ya que ella volvió a tomar cartas en el asunto, y esta vez sí le salió bien la jugada tras hacer un amago y colarse bajo su brazo, moviéndose con algo de rapidez para dirigirse directamente a la cocina sin mirar ni un segundo atrás.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora