Capítulo 37

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Después de la escena que montó en el piso de Lexa noches atrás se sentía algo avergonzada. ¿Cómo había sido capaz de plantearse en mitad de la noche allí? ¿Cómo había sido tan tonta de ni siquiera comprobar la hora? ¿Cómo había sido tan estúpida de no controlar sus impulsos? ¿En qué demonios estaba pensando? ¿Acaso la antigua Clarke estaba renaciendo de nuevo? Esa Clarke que en ocasiones pecaba de impulsiva y que no se paraba a pensar las cosas más de dos segundos.

Bueno, al menos no había ido tan mal, hasta cumplió enviándole la foto que le pidió. Y sonrió recordando el momento algo tonto que habían compartido. Porque la petición de Lexa había sido algo curiosa, pero acertada. Muy acertada. Fue una buena táctica para asegurarse de que cumpliría con su palabra de volver a casa. Quizás no era la única que había pensado ligeramente en que resquicios de su antigua yo podrían volver a salir a la luz.

Y aunque Lexa sólo le había contestado con un escueto "buenas noches", sabía solamente que con esas dos simples palabras la situación seguiría calmada entre ellas, cosa que comprobó en el momento en que le invitó a ir al piso cuando se despidió esa misma tarde de las niñas en el piso de Raven. Algo que verdaderamente le pilló por sorpresa, sin saber muy bien que pensar ni como poder actuar, porque para que engañarse, se sorprendió sí, pero conociéndose sabía que, muy posiblemente, hubiese rechazado el plan de primeras, aunque las ganas por aprovechar y pasar más tiempo con las niñas eran tremendamente enormes. Así que podría decirse que momentáneamente se encontró en un pequeño debate interno, y digamos que cierta circunstancia externa decidió por ella.

Una situación que se resumía en una maldita reunión junto a Oliver y la dichosa Emma, la tipa aquella estirada con la que compartió unos minutos en la galería. La misma que le había pedido de forma muy poco sutil que fuese a su casa. Y la misma a la cual no había hecho ni caso. ¿Quién se pensaba que era ella? ¿Su interiorista personal o algo así? Sorprendente. La gente se tomaba una confianza increíble.

-¿Me explicas por qué tengo que estar yo también? –Le preguntó a Oliver nada más abrirle la puerta.

Y es que encima a su querido compañero de trabajo le había parecido una mejor idea organizar una cena en su casa. "Algo más tranquilo y relajado" fue lo que le puso como excusa barata.

-Porque no iba a comerme yo solito el marrón –contestó el sonriente, echándose a un lado para darle paso al interior de su casa. –No será para tanto –le animó mientras se quitaba la chaqueta para dejarla en un perchero que había justo en la entrada.

-Tú no la conoces –contestó ella de forma tajante.

-¿Sois intimas amigas? –Bromeó Oliver mientras ambos caminaban hacia la cocina.

-Me muero antes, fíjate lo que te digo –contestó provocando una fuerte risa en Oliver. –Oh dios, que bien huele eso –soltó cuando el olor a buena comida chocó contra su olfato nada más poner un pie en la cocina.

-Gracias –contestó Erick sonriente, el marido de Oliver, quien movía algo en una sartén puesta en el fuego –espero que también este bien de sabor –sonrió mientras le ofrecía algo de salsa en una cuchara para probar.

-Oh. Creo que acabo de tener un orgasmo –soltó de golpe de forma dramática –es mi primera vez con un hombre, tampoco ha estado tan mal –bromeó provocando que la cocina se inundara momentáneamente de risas.

Y aunque hubiese preferido mil veces estar en otro lugar, concretamente al lado de las niñas, la noche no parecía estar yendo del todo mal. Sobre todo cuando el tiempo pasaba y la dichosa Emma no hacia acto de presencia. Quizás hasta tendría suerte y cancelaba a última hora. Quizás hasta podría tener una noche tranquila solamente acompañada por Erick y Oliver.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora