Capítulo 32

4.4K 346 105
                                    


La rabia se apoderó de ella cuando Clarke la llamó de madrugada informándole de que Alycia estaba enferma, que incluso la había visto el médico sin tan siquiera decirle nada a ella, sin haberse molestado en avisarle. ¿Pero en qué demonios estaba pensando? Era su hija también. ¿Cómo había sido capaz de hacer algo así?

Y estuvo a punto, muy a punto de armarle una buena bronca, pero rápidamente pensó en todo lo que habían avanzando durante este tiempo y en como las cosas permanecían relajadas. Aunque también ayudó el ver la cara de arrepentimiento y la sinceridad de la mirada de Clarke cuando le pidió perdón.

Así que, se tragó su rabia y lo dejó pasar. No era oportuno ni le apetecía volver a echarle leña a ese fuego que parecía estar calmado, el cual esperaba poder ir apagándolo poco a poco algo más. Acercándose a Clarke, quien parecía estar dejando caer ese muro que se había levantando e impuesto.

Aunque ahora mismo no quería pensar más en ello, sus pensamientos se centraban en esas pequeñas que dormían ya en su piso, de las que podía volver a aprovechar cada segundo a su lado. Y la verdad, Clarke la sorprendió enormemente cuando le cedió el día que le quedaba junto a ellas. Que sí, que igualmente iba a estar poco a su lado por temas de trabajo, pero no había hecho eso nunca antes.

Sonrió pensando en que quizás Clarke ya estaba saliendo de esa fase de odio y enfado, quizás estaba ya con un pasito hacia la siguiente, la de aceptación. En la de aceptar la realidad que estaban viviendo, esa misma en la que todo estaba afectando enormemente a las cuatro, no sólo a las niñas.

Unas risitas llamaron rápidamente su atención, alejando todos sus pensamientos de su mente, escuchando como cada vez las voces de las niñas envueltas con algunas risas se acercaban cada vez más a su habitación. Y conociéndolas, muy posiblemente se habían despertado y habían planeado un ataque de cosquillas mañanero. Algo que ellas adoraban hacer. Algo que ella adoraba que hiciesen.

Decidió fingir que seguía durmiendo, quería contentarlas en que pensaran que la habían despertado con su maléfico plan.

-No –escuchó decir a Alycia muy flojito –por aquí –seguramente le estaría indicando a la pequeña Eliza cómo ejecutar mejor su cometido –con cuidado –susurró la pequeña mientras ella sentía cómo la cama se hundía un poco a sus pies. –¿Estás lista?

-Sí –susurró esta vez Eliza.

-Tú por allí y yo por aquí –murmuró de nuevo Alycia, sintiendo cómo avanzaban por la cama, hundiéndola ligeramente a su paso, pudiendo intuir perfectamente que cada una se encontraba a un lado de su cuerpo, preparadas muy posiblemente para atacar la zona de sus costillas.

No supo realmente qué tipo de señal le dio Alycia a Eliza, y es que no escuchó nada más antes de que sus manitas se movieran traviesas por esa parte de su anatomía que ya había intuido.

Fingió sorpresa, inclinándose levemente y observando a las dos concentradas en su tarea, pero eso sí, con una perfecta sonrisa en cada uno de sus rostros.

-Oh no, cosquillas –dramatizó un poquito, moviéndose bajo el ataque de ambas, ofreciéndoles así un poco más de poder para seguir viendo como sus sonrisas acaban en unas risas que resonaban por toda la habitación. –No, no, por favor –dijo levantándose un poco más, costándole un poco, porque la verdad esas pequeñas estaban aprendiendo muy bien la tarea de hacer cosquillas. A ese paso se iban a convertir en unas expertas.

-Ríndete mamá –pidió Eliza concentrada, con la lengua asomada ligeramente por sus labios.

-Me rindo, me rindo –contestó con rapidez, haciendo que las dos pequeñas parasen su ataque, observando cómo chocaban sus manos de forma victoriosa.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora