Epílogo

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Tres años después

Desde que renovaron sus votos, de aquella forma tan íntima y personal en la boda de Raven, todo había seguido francamente genial. Vale sí, de vez en cuando tenían sus peleillas tontas, las típicas del día a día, de la convivencia, pero nunca había pasado a ser algo preocupante. Habían aprendido la lección y cuando algo parecía colapsarles se sentaban y con tranquilidad lo solucionaban.

Una tranquilidad que le encantaba disfrutar junto a las tres personas que más amaba en la vida. Bueno y también con Bady, esa pequeña bola de pelo que encontró en la puerta de sus suegros años atrás, la misma que ni por asomo llegó a imaginar que alcanzaría casi los treinta kilos de peso, la misma que no imaginó tampoco querer tanto.

-Venga, a la de tres –animó a Alycia a que se subiera sobre sus hombros de pie.

Se sumergió en el agua de la piscina, donde llevaban gran parte de la tarde, y la pequeña subió con una sincronización bien marcada sobre ella, fruto de la experiencia y de las largas horas que pasaban en el agua.

Salió del agua agarrando las manos de Alycia y se fijó en la carita expectante de Eliza, quien esperaba bastante nerviosa su turno.

-¿Lista? –Preguntó.

-Sí –escuchó a Alycia bastante segura.

-Una, dos y tres –contó antes de impulsarla y de que la pequeña hiciese fuerza para saltar hacia adelante. –Ese ha sido de tres punto mínimo –dijo orgullosa cuando Alycia salió de nuevo a la superficie. –Cada vez se te da mejor –le aseguró antes de que chocasen las manos.

-Ahora yo –dijo en voz alta Eliza, nadando con rapidez hacia ella. –Vamos mami –se quejó la pequeña detrás de ella, dándole palmaditas en la espalda.

-Voy, voy –repitió antes de sumergirse y repetir el proceso anterior. –¿Preparada? –Preguntó cuando volvió a salir a la superficie, agarrando sus manos para que mantuviese el equilibrio sobre sus hombros.

-Nací preparada –contestó la pequeña con rotundidad, provocando que ella riese con bastante fuerza.

-Una, dos y tres –repitió igual que con Alycia, impulsándola después y fijándose en cómo Eliza volvía al agua. –Genial –le aseguró cuando la pequeña la buscó con la mirada. –Otros tres puntos para ti –repitió la jugada anterior y también chocó su mano.

-Ahora vamos a jugar a ver quien llega antes –propuso Alycia, haciendo que su hermana asintiera con rapidez y también bastante decidida. –Pero vamos mami –se quejó la pequeña al ver que no las seguía hasta el principio de la piscina.

Y sí, desde luego que le encantaba disfrutar de momentos así, pero es que esas pequeñas no tenían fin. Habían nacido con una batería que no se agotaba y a cada año parecían tener más capacidad, y es que cada vez que compartían una tarde así era ella la que acababa literalmente para el arrastre mientras las niñas tenían la fuerza necesaria como para seguir haciendo de las suyas en casa. Lexa le decía que eso era porque ella se iba haciendo mayor y le era más complicado seguir el ritmo de las pequeñas, pero ella seguía convencida en la teoría de las baterías interminables.

-¡Mamá! –Gritó Eliza antes de ver cómo nadaba con rapidez de nuevo al otro extremo.

Sonrió inmediatamente al ver a su mujer en el jardín seguida de Bady, esa bola de pelo se había convertido en la eterna guardiana de su mujer en cuanto ponía un pie en casa.

-Quieta –dijo Lexa mirando a Eliza. –Deja que mamá pruebe el agua primero, ¿vale cielo? –Le propuso al ver las intenciones de la pequeña de saltar rápidamente a sus brazos.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora