Capítulo 93

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Sus días estaban siendo una completa maravilla, de esos de los de marcar en el calendario y memorizar bien fuerte, de los que gustan recordar una y otra vez, lo que veía siendo un gran lujazo, y más después de la mala racha que había tenido. Bueno, que habían tenido, porque estaba claro que la situación no le había afectado solamente a ella.

Y es que todo por fin parecía estar encajando en su vida. Por fin, y desde hacía un tiempo, no tenía más preocupaciones que las típicas del día a día, las mismas que venían a resumirse de forma muy clara y rápida en dos nombres en concreto; Eliza y Alycia. Y es que las pequeñas a cada día parecían tener más cargadas las pilas, pero bueno, en verdad a ella no le molestaba mucho tampoco, en ocasiones hasta disfrutaba hasta más que ellas, siendo la pobre de Lexa la perjudicada al tener a tres crías corriendo por la casa.

En la galería todo le estaba yendo genial, porque su última exposición había sido un gran éxito que había gustado tanto a críticos como a sus seguidores, pero sobre todo a Lexa, a quien realmente debería gustarle, el motivo por el que realmente se había volcado de lleno en ese nuevo trabajo que tanto había disfrutado. Porque sí, sabía que su mujer no le pondría pegas a ningún trabajo suyo, pero los nervios que había estado sintiendo mientras lo organizaba todo habían sido demasiado evidentes en todo su sistema, porque ya no solo quería que le gustase, quería que le encantase, y quería poder trasmitirle de verdad todo lo que sentía, todo lo que significaba para ella.

Y en cuanto en casa no podía quejarse tampoco de nada. En absoluto. Compartir de nuevo todas las horas posible junto a su mujer y las pequeñas era lo que más le encantaba del mundo, y es que lo había echado tanto de menos que dolía, y dolía de verdad, como un maldito puñal clavado en el pecho que en ocasiones ni le dejaba respirar. Pero por fin se había liberado de ese dolor y podía entregarse de nuevo feliz y por completo a su familia.

-¿Por qué hemos dejado a las niñas con mi madre? –Preguntó acomodándose mejor el pelo mientras Lexa conducía concentrada. –Me apetecía pasar el sábado todas juntas –confesó mirando por la ventanilla, perdiendo la vista por el paisaje.

-Hay algo que creo que debemos hacer las dos a solas –contestó Lexa, provocando que inclinase su rostro para ver con qué intención iba ese "hacer las dos a solas", pero por el rostro de su mujer parecía que no tenía nada que ver con alguna connotación sexual. Absolutamente ninguna.

Se encogió ligeramente de hombros y comenzó a tararear la canción que iba sonando, totalmente distraída y comprobando el móvil por si su madre le había mandado algún mensaje con referencia a las niñas.

-¿A dónde vamos? –Preguntó algo nerviosa al levantar la vista de nuevo, al ver el camino que iba tomando Lexa con el coche.

-Creo que lo sabes muy bien –contestó su mujer con tranquilidad mientras ella fruncía el ceño para volver a clavar su mirada a través de la ventanilla.

-No voy a bajar –anunció cuando Lexa paró el motor. –No –afirmó cuando sus miradas conectaron de nuevo.

-Está bien, no te voy a obligar a nada –contestó Lexa cogiendo su mano con cariño, dándole un pequeño apretón –pero creo que te vendría bien despedirte –afirmó mientras ella intentaba controlar su emoción.

Una emoción que se vio acrecentada cuando alzó la vista y tras la luna del coche contempló la entrada al cementerio. El lugar al que Lexa las había llevado con una clara intención, como si supiera mejor que ella misma que necesitaba hacer lo que le había propuesto.

-Es que no voy a poder –contestó mordiéndose el labio inferior para no romper a llorar.

-Yo voy a estar contigo, hagas lo que hagas –respondió Lexa apretando ligeramente su mano de nuevo, afirmándole no solo con palabras lo que acababa de decirle.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora