Capítulo 75

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Casi habían pasado dos días. Casi cuarenta y ocho horas desde que Clarke y ella tuvieron aquella pelea en su propio despacho. Casi cuarenta y ocho horas en las que su móvil había sonado cada cierto intervalo de tiempo, comprobando en cada uno de ellos que quien reclamaba su atención siempre era la misma persona; Clarke.

La misma persona que estaba provocando a cada mensaje o llamada que su enfado creciera más y más. Porque ahora mismo no le valía ningún mensaje del estilo de; "Lexa, necesitamos hablar", "Llámame por favor", "Tenemos que hablar las cosas, contéstame por favor", y así una larga lista de mensajes insistentes donde la idea de fondo estaba más que clara; hablar.

Pero es que justamente a ella, en ese mismo momento y después de todo lo ocurrido, hablar era lo que menos quería. Y era la misma propuesta con la que Clarke había llegado casi cuarenta y ocho horas atrás a su despacho, justo después de descubrir el regalo que Costia le había ofrecido en la maldita página treinta y tres. Una página donde Clarke salía besándose con otra mujer. Un detalle que había provocado un golpe bastante duro contra todo su sistema, pero también fue un detalle que pasó a un segundo plano cuando el discurso de Clarke continuó, porque si había algo que su mente intentaba procesar desde entonces, ese algo no era nada más y nada menos que las palabras que salieron de sus labios, porque aquellas "no puedo seguir así" y el "necesito pensar", no encajaban demasiado en su mente. No en el punto en el que estaban.

Y sabía que posiblemente no había actuado del todo bien con Clarke, que quizás había sido demasiado dura con ella. Y que quizás debió dejarle al menos un minuto para que se explicase. Y es que esa no era su forma de actuar realmente, pero es que no pudo contenerse. No en el momento que estaban viviendo. Porque después de tantos meses intentando acercarse lo más posible a ella, ahora que por fin Clarke parecía haber derribado su muro personal, ahora que había vuelto a probar sus labios, resultaba que las inseguridades habían vuelto a ella de golpe.

Pues no, no lo entendía. No entendía absolutamente nada a pesar de haber llevado a su cabeza al extremo, intentando buscarle sentido a todo aquello. Un sentido que no encontraba.

Y sí, joder. Estaba enfadada. Muy enfadada. Porque después de casi cuarenta y ocho horas seguía sin entender nada, y aquello era lo que más taladraba su cabeza. Tanto era así que, después de semanas de buen descanso, el insomnio había vuelto con fuerza. Y encima justo la pasada noche, justo la noche anterior a exponer el dichoso proyecto Anderson, el mismo por el cual su jefe había convertido el lugar de trabajo casi en una caza de depredadores, porque otra cosa quizás no, pero tensión era lo que más se respiraba en el ambiente tras la propuesta general al puesto.

-Buenos días –dijo su jefe nada más entrar en la sala de reuniones, provocando con esas dos palabras que su mente por un momento desconectara de su mundo interior y se centrara en el momento presente. –Espero ver unos grandes proyectos esta mañana –decía sonriente mientras tomaba asiento, observando las caras de sus compañeros, quienes parecían verdaderamente nerviosos, nada que ver a cómo ella estaba, ya que nervios era lo que menos sentía.

Y quizás se debía a que su mente seguía pensando en Clarke y en toda la situación nueva, en cómo todo se había vuelto de nuevo un caos, en cómo su mundo había vuelto a girar ciento ochenta grados trastocando cada uno de sus pensamientos y dejándola bastante fuera de juego intentando encontrar sentido a lo que había ocurrido.

Al menos se sentía relajada con la confianza que siempre mantenía en sus proyectos, porque sus años en la empresa, y saber cómo le gustaban a su jefe los proyectos le daba una seguridad que incrementaba la suya propia. Algo bueno que iba a poder tener después de casi cuarenta y ocho horas.

Porque aquello estaba más que hecho, y más después de tener que contemplar el fracaso de los proyectos de un par de sus compañeros. Algo muy evidente al ver el gesto de su jefe, quién parecía incluso estar enfadándose por momentos con cada nueva propuesta y palabra de sus empleados.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora