Capítulo 44

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Había intentado levantar un pequeño muro entre ella y Clarke tras aquella dura contestación. Y lo había intentando de verdad, pero cuando Clarke le habló y le miró en la tienda de aquella forma que ella muy bien conocía, no pudo resistirse. Porque intuía que al igual que ella, Clarke tampoco quería perder el avance que tenían. Porque esa forma de intentar romper el hielo era totalmente única de ella. Y aunque durante el rato que compartieron en la tienda se aseguró de que todo iría bien, lo que no se esperaba para nada fue la forma de actuar de Clarke en el último momento, entrando en el probador y dejando caer momentáneamente esa armadura que la envolvía desde hacia tiempo, sintiéndose de nuevo cercana a ella, sintiendo que el tiempo se paraba por un momento y que las únicas que importaban realmente eran ellas.

Aún así, sentía una sensación extraña, porque tras ese momento compartido, no había sabido nada de ella. Absolutamente nada. Y conociéndola...era más que comprensible. Posiblemente estaría dándole mil vueltas a lo que había pasado, porque por mucho que quisiera negárselo, aquello había sido muy íntimo. Demasiado.

Clarke la había acariciado con cariño, con un cariño que ella, y sobre todo su cuerpo, tan bien recordaba y que lograba estremecer cada centímetro de su piel, tal y como había ocurrido aquella tarde. Tanto que aun al recordarlo su piel parecía estremecerse de nuevo, sin permiso alguno. Porque la forma que su cuerpo echaba de menos a Clarke en ocasiones parecía superar a su propia mente.

Y ante la falta de información acerca de ella, incluso se había planteado forzar algún encuentro, porque la verdad es que le preocupaba cómo podría haberse tomado aquel acercamiento, y es que Clarke se encerraba demasiado a la hora de reconocer las cosas, y eso, eso era lo que más le preocupaba. Porque quizás ahora sí habían retrocedido todo el camino sin tan siquiera ella ser consciente de ello.

Por ahora tenía pensando seguir disfrutando de las niñas, a la vez que también intentaba pensar en alguna forma de convencer a Raven para que se quedase con ellas durante la tarde-noche del viernes.

Y es que había escuchado que Clarke tenía una exposición con Oliver en la galería, algo en lo que ella solamente había echado una mano, pero quería ir. Posiblemente sería la mejor excusa para ver cómo estaba y asegurarse de que todo iba bien, de que la rubia no había vuelto al principio del todo, cerrándose por completo de nuevo y levantando otra vez esa pared de hormigón entre ellas.

El timbre sonó mientras preparaba el desayuno para las pequeñas, quienes la habían despertado con una guerra entre besitos y cosquillas, las mismas que llevaban ya un rato despiertas, sentadas y completamente estáticas en la alfombra mientras veían sus tan ansiados y queridos dibujos animados.

Su corazón se aceleró mientras se acercaba a abrir, porque aunque de primeras ni se había planteado quien pudiera ser a esas horas, mientras avanzaba la idea de que fuese Clarke corrió por su mente rápidamente. Quizás había tenido el valor de ir de nuevo a su piso para ver a las pequeñas. Quizás de una vez podría averiguar cómo estaba. Quizás podría asegurarse definitivamente de que todo seguía bien.

-Mamá –dijo algo incrédula y decepcionada al abrir y encontrarse directamente con su madre.

-Que alegría verte a ti también querida –soltó su madre algo ofendida, incluso alzándole una ceja en modo de reproche.

-Lo siento –pidió con una mueca graciosa en el rostro –no te esperaba –le informó acercándose para abrazarla con cariño. –¿Todo bien? –Quiso saber separándose ligeramente de ella.

-Todo perfecto –confirmó su madre mientras le daba paso al interior, ayudándole con la pequeña maleta que llevaba –solamente quería venir a visitar a mi hija desaparecida unos días –le informó. –¿Tienes a las pequeñas? –Preguntó con demanda, cambiando con rapidez de tema.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora