Capítulo 84

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Clarke llevaba unos días yendo a su piso para pasar tiempo con las pequeñas, tiempo en el que también estaba incluida la pequeña Bady, esa bolita de pelo que había conquistado parte de su corazón con demasiada rapidez, pero es que era tan sumamente adorable que a ella tan solo le quedaba rendirse una y otra vez ante su carita peluda.

En cuanto a Clarke, había intentando ser todo lo dura posible con ella, de verdad que sí, pero es que a veces simplemente le era imposible, porque aun podía recordar y sentir aquel momento tan increíble que tuvieron en el pueblo de sus padres. Porque cuando Clarke le confesó que nunca había dejado de quererla, una gran ola de sentimientos arrasó todo su ser, sin dejar un hueco libre. Y sí, sabía que Clarke la quería, pero no sabía hasta que punto, no ahora que estaban en esa situación tan extraña, por eso, cuando le escucho decir esas palabras le fue muy difícil contener la emoción.

Al igual que le ocurrió en su piso, cuando le soltó aquel "tienes la sonrisa más increíble que he visto en mi vida, no permitas que nadie te la quite, y mucho menos un desastre como yo", teniendo que hacer el mayor esfuerzo de su vida para controlarse y no comérsela a besos ahí mismo. Porque ese era el gran poder que Clarke tenía sobre ella, porque solamente le hacía falta un par de palabras y ya caía rendida ante ella, como un estúpido mosquito hacia la luz. Exactamente igual.

Y es que no podía controlar sus sentimientos, ¿quién demonios podía? Era algo tremendamente imposible, y mucho menos cuando esos ojos azules la miraban buscando refugio.

Pero lo que si podía era intentar ocultarlos, pero no controlarlos claro, y mucho menos cuando volvía a ver los detalles que tanto le habían enamorado de ella a lo largo de los años, porque en cada visita aparecía con Bady y con algo que sabía que le iba a gustar. Y ambas sabían que eso era un tipo de chantaje, pero ninguna, ni siquiera ella que era la más afectada, se quejaba.

Aún así, siempre intentaba ser todo lo fría posible con ella, porque aun tenía que aclarar su mente y pensar en qué hacer con toda esa situación, sin dejarse influir por nada ni nadie. No iba a dejar que la buena actitud de Clarke interfiriera en acelerar el proceso por el que estaba pasando. No, no iba a dejar que eso ocurriera. Aun le quedaba trabajo para sopesar los pros y los contras.

-Qué extraño –susurró el fijarse en el reloj, dándose cuenta de que Clarke se estaba retrasando esa tarde. –Mierda –se quejó regañándose a ella misma por ese pensamiento y esa sensación de querer que apareciese ya. –Lexa, por dios –bufó al querer coger el móvil por si le había dejado algún mensaje informándole al respecto.

Decidió centrarse en las pequeñas, quienes llevaban bastante rato colocando unos pequeños muñecos por toda la mesa baja del salón, completamente concentradas y sin darse cuenta de que su madre llegaba tarde a la cita de esa tarde. Citas que ninguna de las dos había pactado, pero eran las mismas que se habían ido dando a lo largo de los días tras la vuelta del pueblo de sus padres. Porque Clarke le había permitido quedarse con ellas y solamente le había pedido que la dejase verlas. Y ambas sabían que algo así lo hacía porque las pequeñas les daban la fuerza necesaria. Pero también sabía que Clarke había hecho un tremendo esfuerzo con eso, algo que valoraba muchísimo y que se había marcado con demasiada fuerza en su pecho. Un gesto precioso y muy a tener en cuenta, desde luego que sí.

-¡Bady! –Gritaron las dos pequeñas prácticamente a la vez en cuanto el sonido de alguien llamando al portero automático las alertó.

Se levantó a abrir seguida por las niñas, con quienes tuvo que esperar en la puerta a que Clarke apareciese con la cachorrita en brazos y la soltase para que corriese junto a las pequeñas al interior del piso. Algo que se había estado repitiendo esos días, y algo que ella verdaderamente adoraba demasiado. Porque el sonido de las risas de sus hijas era increíble, pero se volvía aun más increíble cuando la pequeña Bady ladraba flojito corriendo detrás de ellas.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora