Capítulo 82

5.1K 378 147
                                    


Había vuelto a casa cabizbaja y con el rabo entre las patas cual cachorrillo asustado y abandonado, una metáfora curiosa al recordar a la bola de pelo que se encontró nada más llegar a casa de sus suegros. Una forma distinta que había tenido el destino de advertirle y vaticinarle el viaje dirección Lexa.

Un destino que parecía no estar de su parte, no del todo. Porque esta vez no se había pensando tanto las cosas y había ido en busca de la castaña. Y esa era la clave, que nuevamente había pensando en ella en lugar de ponerse en la posición de Lexa, porque en ningún momento había pasado por su mente el hecho de que quisiera y deseara estar sola, porque nuevamente había sido sumamente egoísta queriendo forzar las cosas.

-Ya lo sé, lo sé –decía resignada mientras adelantaba a un coche demasiado lento. –No debería haberme dejado llevar. Apuesto a que he complicado más las cosas –aseguró con total tranquilidad. –¿Sabes? No sé de qué te extrañas, así soy yo, siempre estoy metiendo la pata, es como un don –sonrió más que nada por resignación. –No me juzgues, primero tienes que conocerme –dijo antes de aparcar y parar el motor del coche. –Después ya podrás criticarme todo lo que quieras, es más, yo te apoyaré en ello –confirmó segura.

Salió del coche y se dirigió directamente a abrir una de las puertas traseras.

-A ver cómo te portas, no vayas a dejarme en vergüenza –advirtió nada más abrir. –No, no, no me mires así. Te voy a hacer el favor de que te miren, después a ver con quien te encasqueto –le informó mientras lo cogía en brazos. –No me chupes –le regañó cuando sintió su lengua sobre la cara. –¿Voy a tener que enseñarte modales? Pues que sepas que así no se conquista a una dama –sonrió al ver la carita del perro mirándola atentamente, como si la entendiese a la perfección.

Sí, el perro. Se había traído el perro que le acompañó en parte de su aventura en el pueblo de sus suegros. Y es que después de tener esa corta conversación con Lexa, bajó de aquel increíble lugar y se encontró al perro junto a su coche, como si supiera que no le quedaba mucho tiempo allí y como si aun le debiese algo. Y realmente no supo por qué ni cómo, pero acabó subiéndolo al coche y haciéndole partícipe directo de su vuelta a casa.

-Hola, buenos días –saludó nada más entrar en la clínica veterinaria con el perro en brazos.

-Buenos días –contestó una joven con una gran sonrisa, fijándose en cómo sus ojos viajaban segundos después hacia su acompañante peludo.

-Vengo a que le echen un vistazo a esta bola de pelo –dijo mientras la joven avanzaba hacia ella para acariciarlo.

-Que cosita más mona –decía la joven mientras le rascaba cariñosamente la cabeza. –Acompañadme que os pase con una compañera –anunció antes de encaminarse por un pasillo. –Charlize –dijo llamando la atención de otra chica nada más entrar a una habitación. –Un peque ha venido a verte –decía sonriente mientras la tal Charlize se fijaba inmediatamente en ella y en la bola de pelo.

-Yo me encargo –contestó Charlize. –Bueno, ya has escuchado a mi compañera, soy Charlize –dijo extendiendo su mano.

-Clarke –contestó ella estrechándosela.

-¿En qué puedo ayudarte, Clarke? –Preguntó Charlize con amabilidad.

-Bueno, encontré a esta bola de pelo en la calle y quería saber cómo esta y eso –contestó mientras la chica sonreía mirando a su acompañante.

-Muy bien, eso es genial –respondió la veterinaria dando una palmadita sobre una gran mesa central. –Vamos a ponerlo aquí y así podré examinarlo mejor –le indicó provocando que ella cumpliera inmediatamente la orden.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora