Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 30

Pasado

-Cuidado –le advirtió Clarke mientras bajaba el escalón de casa que daba a la cochera.

-Como me caiga... –le regañó sintiéndose un poco en alerta al tener los ojos tapados.

-Uy que pesada –soltó Clarke guiándola unos pasos más adelante –no te voy a dejar caer –le aseguró. –¿Estás lista? –Le preguntó con bastante energía, la misma con la que apenas hace unos minutos le había abierto la puerta de casa, sin dejarle siquiera quitarse la chaqueta o dejar el maletín por ella misma, ya que ambas cosas fueron apartadas por Clarke rápidamente, bueno, prácticamente arrancadas.

-Adelante –contestó intentando pensar rápidamente a que se debería tanto misterio.

-A la de tres –le informó Clarke –tres –soltó sin más, saltándose el resto de número y quitándole el pañuelo que cubría sus ojos.

Cuando sus ojos se adaptaron de nuevo a la luz observó el lugar, sin encontrar nada que realmente llamase su atención, excepto el rostro sonriente de su mujer, quien al parecer esperaba que se diera cuenta de algo.

-¿Y bien? –Preguntó con una tímida sonrisa, dándose por vencida al no entender nada de nada. Al no entender tanta prisa ni misterio, ni tampoco que demonios hacían en la cochera.

-Si lo llego a saber te pongo un luminoso o un camino de flechas –negaba Clarke con la cabeza mientras señalaba a unos metros de ella.

-Una moto –susurró –una moto de juguete –afirmó mientras asentía con el rostro.

Y como último intento decidió estrujarse un poco más el cerebro, queriendo recordar en qué momento Clarke le había dicho que iba a comprar una moto nueva, pero encima una de juguete, de esas de batería con tres ruedas. Y es que por muy infantil que pudiera ser su mujer a veces...eso ya era pasarse un poco.

-Sinceramente me gustas más cuando vas con la tuya, el cambio no creo que te vaya a favorecer mucho, no te va a quedar tan sexy –bromeó provocando que Clarke bufase sonoramente.

-Señor, y pensaba que la rubia era yo –soltó Clarke llevándose dos dedos al puente de la nariz. –No es para mí, ni para ti, ni para nadie hasta que no pasen unos cuantos meses –dijo mientras su mente iba a mil por hora intentando encajar esa nueva información.

-No... –susurró cuando los engranajes de su cabeza encajaron por fin.

-Sí –afirmó Clarke sonriente.

-¿De verdad? –Preguntó sintiendo como la emoción fluía por todo su cuerpo rápidamente, sintiendo como sus ojos se humedecían y su corazón se aceleraba a cada segundo.

-De la buena –volvió a afirmar la rubia. –Eh no, no llores cariño –dijo lanzándose con rapidez para abrazarla en cuanto sus ojos dejaron que las lágrimas fluyeran –no llores –repitió acariciando su espalda, dejando un beso sobre su pelo.

-¿De verdad que es de verdad? –Repitió echándose un poco para atrás para observar el rostro de Clarke en primer lugar.

-De verdad –le contestó sonriente, dejando un corto beso sobre sus labios.

-¿Cuándo? ¿Por qué no me lo has dicho? –Preguntó de forma algo apresurada mientras Clarke le limpiaba con los dedos las lágrimas de su rostro.

-Quería sorprenderte –le dijo antes de darle un nuevo beso –sabías que tarde o temprano iba a pasar –sonrió provocando que ella también lo hiciese. –Yo sólo...sólo quería sorprenderte.