Capítulo 47

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Se despertó sintiendo cómo alguien acariciaba su pelo con delicadeza y cariño, quedándose por un momento completamente estática hasta recordar donde y con quien estaba. En la galería, concretamente en el sótano y con Lexa. Encajando rápidamente en su cabeza el pequeño interrogante de quien sería el dueño o la dueña del cuerpo al que estaba ligeramente abrazada, apoyando la cabeza en su vientre y con un brazo sobre su cintura, rodeándola.

Mierda, pensó. ¿Otra vez su cuerpo había decidido actuar por libre? Al final iba a tener una buena charla con él, porque eso de que decidiera asuntos sin consultárselo no le parecía del todo correcto.

Y es que al parecer en algún momento de la noche había caído rendida por completo en un sueño profundo, abandonada por completo a los brazos de Morfeo. Normal, con el cúmulo de malos días que había estado acarreando, sumándole el encontronazo con Emma la noche anterior y la velada de confesiones y recuerdos con Lexa...su capacidad se había visto por completo mermada.

Lo último que llegaba a recordar era que tras el momento de confesiones Lexa había desviado la conversación a temas neutrales, de las niñas y de sus amigos, dándole a ella así una tregua para descansar de todo lo que estaba sintiendo en el momento y a lo largo de la noche. Porque sí, Lexa la conocía bastante bien y muy posiblemente había sentido que necesitaba una tregua en sentimientos y recuerdos. Porque sin duda alguna de eso fue la noche, de sentimientos y recuerdos que iban chocando una y otra vez contra su cabeza y su pecho.

Y sí, se había abierto bastante a ella esa noche. Le había contado lo de su bloqueo, la realidad de lo que había ocurrido con Emma, sintiéndose incluso en la necesidad de explicarle todo y de pedirle que la creyese. E incluso le confesó que la echaba de menos. Algo muy evidente en ella desde hacia tiempo, pero claro, no se lo había confesado a Lexa. Y en parte hasta se sentía mal por ello, porque la castaña casi tuvo que suplicarle que le dijese algo después de confesarle cómo se sentía y todo lo que pensaba al respecto. Pero ahora que lo había soltado, tenía que confesar que se sentía con un gran peso menos encima de sus hombros.

Se incorporó un poco, levantando la cabeza del vientre de Lexa y buscando su mirada, esa mirada que le había hecho sentir tantas emociones durante esas horas, la misma que le había prometido que seguiría luchando, que lo que quería era recuperarla.

-Hola –dijo intentando incorporarse del todo.

-Hola –contestó Lexa con una ligera sonrisa.

-Oh joder, me duele todo –se quejaba llevándose una mano a la cintura mientras se sentaba. –Genial, te he babeado el vestido –decía mientras se pasaba la mano por el cuello, intentando aliviar un poco el dolor que sentía y observando la parte de la anatomía de Lexa donde había pasado parte de la noche.

-No tiene importancia –contestó Lexa con rapidez. –Lo importante es que parece que has descansado –dijo llamando su atención.

-Bueno... –respondió sin saber si debería darle la razón.

Porque sí. Dormir había dormido. Para que engañarse. Lexa siempre había provocado en ella un estado de paz, tranquilidad y de seguridad que era capaz incluso de provocar lo que había ocurrido; el quedarse dormida cual bebé en su regazo. Aunque un poco de factura le estaba pasando, porque justo en ese momento le dolía todo el cuerpo por haber pasado la noche tirada en el suelo y en esa posición. Así que descansar, lo que se dice descansar...poco. Muy poco.

-Has roncado incluso –soltó Lexa.

-Mentira –contestó con rapidez –yo no ronco.

-Claro –respondió la castaña con una mueca, incluso rodando los ojos y provocando que ella sonriera ligeramente.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora