Capítulo 4

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Esperaba impacientemente mientras intentaba mantener su mente ocupada organizando las últimas fotos que había realizado, nada que ver con el trabajo, eran completamente personales, concretamente una corta y breve sesión de fotos que le había hecho a las niñas de forma infraganti mientras jugaban en el jardín de casa.

-¿Dónde se habrá metido esta mujer? –Se quejó algo molesta al comprobar la hora que era en la pantalla del portátil. Pasándose por completo de la hora acordada, y es que lo que tenían que hacer, tenían que hacerlo ahora, ahora que las niñas no estaban en casa.

Y justo cuando iba a volver a distraerse con esas imágenes de las pequeñas e intentar dejar de mirar el reloj, el timbre de la puerta llamó su atención por completo, haciendo que bajase de forma apresurada las escaleras.

-¡Ya era hora! ¿Acaso no sabes lo que significa la puntualidad? –Exclamó nada más abrir la puerta, observando detenidamente cómo la ceja de su amiga Raven se alzaba. -¿Qué demonios haces con Lexi? –Preguntó al darse cuenta de lo que llevaba entre los brazos.

-De nada –contestó Raven estrellándole el peluche contra el pecho y pasando directamente al interior de la casa.

-Joder, ¿dónde estaba? –Preguntó confundida sin llegar a entender que hacia el peluche con Raven.

-La peque se lo dejó en el piso de Lexa –contestó por fin la castaña –me avisó esta mañana para que fuese a recogerlo. Así que, repito, de nada –terminó por decir cruzándose de brazos justo delante de ella.

-Gracias –dijo con sinceridad, observando como el gesto de su amiga se relajaba un poquito. –He tenido que dormir esta noche con ella... no lleva muy bien dormir sin su gran acompañante.

-Oh... -la castaña se llevó una mano al pecho y suspiró –mi pequeño demonio rubio, pobrecita.

-Vamos a subir antes de que nos pongamos demasiado sentimentales –dijo a la vez que Raven le daba la razón asintiendo con la cabeza.

-Podías haber llamado a los chicos para esto. ¿Lo sabes no? –Preguntó Raven quejándose mientras subían las escaleras.

-Lo sé. Pero están trabajando –confirmó ella con una sonrisita.

-Encima me restriegas que soy el segundo plato –se quejó la castaña pasando primero a la habitación.

-Más bien el postre. Octavia tampoco podía –soltó para picarla más.

-Todavía me voy –se quejó su amiga cruzándose de brazos en mitad de la habitación.

-Oh venga, después vamos a disfrutar de unas cervezas fresquitas, sabes que no puedes decirle que no a eso –sonrió mientras Raven hacia una mueca graciosa acompañada de una sonrisa.

-Sabes cómo convencer a una mujer, Griffin –negó con la cabeza su amiga.

Había decidido hacer unas remodelaciones en la habitación que tenía en casa para los juguetes de las niñas. La misma habitación que en un pasado había sido el despacho de ambas, pero que con el tiempo habían considerado una mejor opción convertirlo en un cuarto de juegos. Así ganaban todas, las niñas tendrían todas sus cosas en un mismo sitio y ellas no tendrían que estar recogiendo juguetes por toda la casa, o al menos en menor cantidad. En cuanto al espacio para trabajar, directamente habían optado por ocupar la mesa del comedor, o como era su caso en particular, directamente tirarse con el portátil en la cama de su habitación. Más cómodo y más sencillo.

-¿Tienes idea de cómo va esto? –Preguntó Raven.

-Ni zorra –contestó ella cogiendo el móvil de su bolsillo trasero del pantalón. –Además, tampoco le he prestado mucha atención al tipo de la tienda. Así que... Hola querido mundo de internet –sonrió mientras tecleaba en la pantalla táctil del móvil.

Arkadia 2 (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora