Exatlove (Hijo De Octagón)

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Estoy recostada en una palmera, son como las 6 de la mañana o menos y vine a correr un poco, me aleje lo mas que pude del campamento mientras corría a toda velocidad e hice como 10minutos, ahora estoy desecha. Escucho una rama crujir y me levanto escondiéndome detrás de un árbol, no sé porque lo hice pero bueno, supongo que precaución. Nivele mi respiración y pude escuchar la voz de Lis y Soraida.

—parece que Octagón es muy serio— Lis.

—si, no habla mucho— Soraida.

—pero algo que sí le he notado es que mira mucho a la youtuber de contendientes— Lis.

—sí y ella no se queda atrás— Soraida. ¿Qué? No me le quedo viendo a Octagón yo estoy en lo mio —Bueno pues no sé que le vea Octagón a la chica no esta bonita— Soraida está celosa de mi belleza.

—no, si está bonita— Lis gracias por decir la verdad — creo que tiene como 25 es de las más jovencitas. Además la vez que Rommel fue por Octagón me di cuenta que Octagón sólo se quedo en la ambulancia por ella— bueno él se quedó para felicitarme —¡Y viste como se acerco a felicitarla cuando le ganó a Anita! Ese hombre quiere algo con ella— ambas rieron.

Me quede congelada, ellas exageran, sólo dicen tonterías.

Siguieron caminando y pronto deje de escuchar sus voces.

—hola— una voz masculina me hizo saltar del susto, me di vuelta y encontré parado frente a mi a Octagón —perdón por asustarte— se acercó más di un paso atrás y choque con el árbol —¿veniste a correr? ¿estás muy cansada?

—hola, sí, no mucho ¿por?

—estás muy roja de la cara

—ah si, siempre me pongo así al hacer ejercicio— miento creó que estoy así por lo que acabo de escuchar. Sonrei.

—¿Me ayudarias con la puntería?

—si— levante una piedra y se la di, busque otra y marque una x en el árbol —dale a la marca en el árbol y no a mi ¿va?— me coloque a un lado del árbol.

—primero deja intentarlo sin ti ahí parada.

—no, no, así hazlo, te estoy obligando a tener puntería y confió en ti— mire al suelo — vale vas— lo mire a los ojos.

—bueno...—suspiro y sin dejar de verme lanzó, no sentí ningún golpe —¡le di!— mire la marca y efectivamente tenia un golpe justo en medio.

—¡muy bien!— le di un leve abrazo en el que él no me soltó.

—gracias— susurro, siento mi piel de gallina y las manos sudorosas.

—de nada— recorro mis manos por su espalda. Escuchamos a las guacamayas y nos soltamos —te veo en la competencia— él asiente y se va.