Exatlove (Hijo De Octagón)

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Un nuevo día ya lista para jugar de cualquier forma no estaba preocupada, la fortaleza la ganamos y también la inmunidad.

Además ayer tuve la oportunidad de ver a Octa y me dijo que las nominadas fueron Lis, Natalia y Zoraida.

Definitivamente no tenía nada de que preocuparme, venía del mar, ya que en la tarde cuando el sol se ocultaba todo era muy tranquilo, el sol ya no estaba y así no me quemaba más de lo que ya estaba; aunque me ponía el bloqueador solar se me caía en el agua o cuando sudaba y me quemaba poniéndome roja como camarón.

El calor era no tan fuerte ya que en la noche estos últimos días ha estado lloviendo, hace un poco de aire así que para evitar tener frío me fui corriendo, subí las escaleras coloque mis tenis fuera y abrí la puerta escuchando a Alberto gritar enfurecido ¿y ahora que chingados?. Paso a mi lado y salió por la puerta sin siquiera mirarme, estoy a punto de darme la vuelta y seguirlo pero me detiene Ernesto.

—déjalo, ahorita está enojado, necesita pensar.

Me senté en el sofá junto a ellos con la intención de conocer la razón por la que estaba enojado el señor Alberto.

Pero sólo escuche patrañas de él, no quería dejar de verlo como un buen amigo y escuchar lo que dijo Daphne y Antonieta no me iba a permitir verlo con buenos ojos, me levante y me fui del salón, me recoste un rato en la cama pero aun podía escuchar lo que decían por lo que me deslice con cuidado por la sala hasta la puerta, abrí y salí, llame la atención de todos incluido Alberto que me sonrió mostrando su diente faltante.

—tú no les crees ¿verdad?

—no te preocupes aun somos amigos— él sonrió aliviado —ahorita vengo, iré a caminar sola— hable al verlo acercarse a mi. En realidad necesitaba estar sola, quería pensar. Librarme un poco del estrés y la agitación de todos los días a veces esto era peor que la cuidad.