Exatlove (Hijo De Octagón)

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—quiero que me sentencien— hable una vez que todos terminaron su comida.

—________ ¿cómo crees que te vamos a...

—Doris, de verdad, me gustaría ser una de las sentenciadas.

—no te voy a sentenciar— Hablo Doris negando.

—¿Anto?— miré a la mencionada.

—¿enserio quieres esto?— me miro frunciendo las cejas de forma triste.

—sí

—ya veremos niña— me abrazo Pascal

—no creo que sea lo mejor __________ eres una de las mejores en esta familia— Nano, se ve algo triste.

—eso mismo le dije yo— causó Ernesto.

—pensamos igual— Doris.

—_________, si gustas voy a votar por ti— me tomo la mano Oscar.

—gracias.

—ya decidiremos en la arena.— Macky.

—bueno— aplaudió —vamos a acomodar las cosas que ya viene la camioneta— nos levantamos algo  silenciosos, lavamos los trastes y nos fuimos a cambiar de ropa.

Una vez en la arena, Oscar, Neto y Macky votaron contra mi.

Doris nomino a Oscar, Antonieta a Pascal y como tuve más votos en contra fui la tercera.

De regreso a la cabaña, fui muy callada, ¿si me voy enserio ayudaría de algo?, de hecho viéndonos, creo que la posibilidad de quedarme es muy alta.

Creo que Pascal como lleva mas tiempo, será uno de los favoritos, además es guapo.

En cambio Oscar, no lleva mucho y no es como que dé todos los puntos del mundo, es gracioso pero no lo suficiente, y aunque ha salido en mis vídeos no creo que le ayude de mucho.

—¿cómo te sientes?— Oscar se sentó a mi lado y recargo su cabeza sobre mi hombro.

—satisfecha— le sonreí

—no se nota mucho

—creeme esto es lo mejor.

—¿qué voy a hacer si te vas?

—esperarme por que cuando salgamos te voy a llevar a comer en un restauran de comida Rusa.

—¿rusa?— asentí —pero a ti te gusta el sushi

—bueno ahora mismo quiero comer algo Ruso

—esta bien pero después te quiero llevar al cine

—sí y luego a una ¡discoteca! Con miles de personas.

—bueno, lo que la señora quiera— levantó la cabeza de mi hombro y miro por la ventana.

—¿crees que me vaya?

—yo...

—llegamos— anuncio Nano y empezaron a bajar.

—entonces...

—te digo al rato tengo que ir al baño— fui por la pala y papel, verga esto es bastante incómodo.

Una vez termine me puse gel antibacterial y me adentre en la selva la verdad quería estar sola.

Me quede sentada en la oscuridad, escuchando el viento moviendo las hojas, oliendo la calidez de la playa.

Tengo miedo de salir al mundo, de ser atacada por los medios de comunicación, pero también me empieza a aburrir un poco esto de la Isla.

—¿_________?— mire al frente para encontrar al enmascarado —¡¿porqué lloras?!— corrió y me abrazo. No supe que hacer hace un rato me ignoro por completo y ahora...que más da, amo que haga esto.

—tengo algo de nostalgia por los sentenciados de mi equipo

—¿quienes fueron?— me miro a los ojos mientras aun me rodeaba con sus brazos —Oscar, Pascal y Macky.

—tus compañeros...

—voy a extrañar a cualquiera de los tres que se vaya.

—bueno, al menos me vas a tener aquí un buen ratote

—me alegra mucho— me acosté en sus piernas.

—tienes sueño

—nooo

—te ves cansada duerme un ratiro ya veré que les digo a mis compas— reí por su lenguaje.

—mis compás pariente, fierro— le hice burla. Él rió.

—entonces no te vas a dormir— me dio un beso, que disfrute mucho.

—quitate la mascara— él obedeció —cierra los ojos— lo hizo le apreté la nariz —y ahora— levante la cara, junto a mi cuerpo —no abras los ojos— él sonrió, me senté sobre sus piernas, me quite la playera y le cubrí los ojos.

—no, no me gusta

—te va a gustar— le mordi el labio.

—creo que voy a poder estar así un rato— reí, moví mis caderas sobre su miembro y pronto este se puso duro.

Tome sus manos y las coloque sobre mi brasier, el acaricio mi piel, me dedique a besar sus labios apasionadamente mientras seguía moviendo mi cadera sobre su pene, se sentía tan bien, removí su playera y lo hice ponerse de pie para bajar su short, se quito la venda, lo mire acusadoramente.

—te dije un ratito— sonrió y me tomo de la cintura, di un brinco y me colgué de su cuello, mientras seguía moviéndome sobre su pelvis, él también daba de su parte, acaricio mi cabello y me hizo echar la cabeza para atrás para morder mi cuello y lamer, me hizo tener escalofríos.

Me recostó en el pasto, tomo mi pans y lo bajo de una vez junto a mi calzón, y también bajo el suyo, acaricio mi pelvis y metió un dedo de golpe a mi entrada, gemi y me aferre a su cuello, siguió moviendo su dedo y en cuanto me sentí muy mojada entro de golpe en mi, me penetro con fuerza y fiereza.

Era mi regalo final.