Exatlove (Hijo De Octagón)

18

Caminaba entre la orilla del mar y sentía la brisa chocar en mi cuerpo, unos fuertes brazos y un hombre curpulento me presionó contra él, sabía de sobra que se trataba de Octagón. Me acurruque en su pecho escuchando sus latidos, sintiendo su calor, disfrutando de su olor.

Un sonido hueco me hizo dar un brinco y abrir mis ojos a mitad de la noche. Parapadee un par de veces sintiendo mi vista acostumbrarse a la oscuridad y logre distinguir una sombra parada detrás de la barda, me levante y la miré desafiante, podría ser un fantasma, o mi imaginación.

—Disculpa por despertarte— habló Octagón, me relaje y dejé salir el aire de mis labios, sonreí negando con la cabeza y me conduje hasta él. Salte la barda y lo abrace, estaba más que feliz de verlo y escucharlo hablar.

—no pasa nada.

—hoy jugaste bastante bien

—igual tú casi me dá algo al verte saltar así de alto, fue increíble— adule al enmascarado quien sonrió mirando al suelo.

—oye— respiré hondo escuchando a mi corazón ponerse loco —no deberías desperdiciar tu estancia en la fortaleza— esperaba que me dijera otra cosa pero bueno.

—no creo, la ganaré en los próximos juegos

—estas equivicada

—quien sabe igual y vuelven a perder— me hizo una mueca graciosa.

—te reto— dije de pronto —a competir por la fortaleza para el próximo juego, quien tenga más puntos le debe 100 pesos al contrincante, se paga al salir de aquí.

—me gusta tu reto— tomó mi mano.

Escuchamos la puerta de la fortaleza abrirse, giré asustada.
Miré a lo lejos a Alberto y Eduardo, claro no les conté que él y Daniel llegaron ayer a Exatlón.

—¿te tienes que ir?— asentí —buenas noches _______.

—buenas noches Octa.— di un beso cerca de sus labios y escapé o al menos eso haría pero me devolvió el beso y se fue corriendo.  Vi su silueta alejándose entre las ramas y oscuridad.

—¿________?— me llamó Alberto.

—voy— salí de los arbustos.

—¿qué haces?— Alberto, Eduardo volvió a entrar.

—había un sapo, quería verlo.

—vale, vamos dentro ya, mañana va a ser cansado.

—vamos— reí.

Fui a dormir pues mañana debíamos competir y todo eso.