Capítulo 12

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(POV Kiara):

Ya comenzaba a oscurecer y unas campanas indicaron que era el final del entrenamiento.

Después de recorrer las áreas de entrenamiento, y de dejar a cada chico de Inazuma Japón en un área, me dirigí hacia la mía propia para poder entrenar.

—¿Que significan esas campanas? —me preguntó Axel.

—Que el entrenamiento acabó —Axel había sido el único que me había acompañado, ya que todos los demás o se quedaron en el área de su elemento o se quedaron en áreas intermedias.

—Que bueno —se sentó en el suelo rendido— No pensé que hicieran entrenamientos tan intensivos.

—Toma —Sahari le tendió una botella con agua y éste la aceptó gustoso—. Me alegro de que pudieras entrenar con nosotras.

—Nunca había tenido un entrenamiento tan intenso —comentó tomando un sorbo de agua.

—Así son todos los entrenamientos —le dije y me senté junto a él—. Nunca vas a ver un entrenamiento menos intenso aquí.

—Bueno, voy a entregarles botellas al resto. Nos vemos luego —Sahari se despidió.

—¿Entrenaste aquí de pequeña? —me preguntó cuando la colorina ya se había marchado.

—Sí.

—¿Y los entrenamientos eran así de intensos?

—Sí.

—¿Cómo lo soportabas?

—He tenido que pasar por cosas peores que un simple entrenamiento —le dije cortante—. Supongo que con el tiempo me acostumbré.

No me dijo ninguna palabra más, sólo mirábamos el horizonte en completo silencio.

Una pequeña estrella se asomaba en el cielo y la luna ya era visible. Poco a poco los últimos rayos del sol fueron desapareciendo, siendo reemplazados por un manto lleno de estrellas.

A pesar de que la luna opacaba a algunas estrellas, la mayoría eran visibles. Desde una ciudad jamás se hubieran visto tantas, pero del lugar en que nos encontrábamos podíamos tener una de las mejores vistas.

Noté que Axel me observaba así que me giré para mirarlo. Por un segundo nuestras miradas chocaron. Sentí que no podía apartar la vista de sus profundos ojos marrones y cada vez la distancia que nos separaba se fue acortando, hasta que sólo quedó un pequeño espacio de aire...

—¡Capitana! —el llamado hizo que me girara para ver de quién se trataba—. Es hora de comer.

Katelyn cargaba un par de balones, seguramente para guardarlos de camino hacia el comedor.

—Bien, ya vamos —me levanté y luego le hice un gesto a Axel—. Vamos.

Al principio, no quiso levantarse, pero luego de un rato se levantó lentamente y en completo silencio.

El camino al comedor también se mantuvo silencioso. Katelyn había pasado a guardar los balones, y ahora nos contaba como los chicos se fueron adaptando al entrenamiento. Axel y yo sólo la escuchábamos en un incómodo silencio, pero ninguno de los dos emitió palabra alguna.

Entramos en uno de los edificios del instituto y nos dirigimos hacia el comedor. Todos se encontraban allí y,  al parecer, los únicos que faltaban eramos nosotros.

Clara mantenía una animada conversación con Shawn, y Lise hablaba con Jude, David y Caleb. Ambas se veían demasiado concentradas en las conversaciones, que no notaron cuando llegué.

Unidos Jamás Seremos Vencidos - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora