Un nuevo torneo surge a tan solo meses de la victoria del Inazuma Japón en el FFI, los seleccionados con la emoción palpitando dentro de ellos al saber que admitirían chicas en el equipo.
Pero no todo es como creían, la llegada de un misterioso equ...
—Por lo que me dijeron los doctores, es una operación bastante complicada —me interrumpió la peliazul.
—¿Se puede evitar? —preguntó Clara, pero su voz a penas se escuchó.
—No, me temo que no —le dijo Val al escuchar la pregunta—. Se la harán ahora mismo, por la gravedad de la lesión.
—Esa lesión jamás nos trajo mayores problemas... Hasta ahora —comentó Kate mirando fijamente a la peliazul, para luego agregar—: ¿Crees que volveremos a confiar en tu palabra luego de años de escuchar tus mentiras?
Furia se alzó en los ojos de la jugadora, pero se mantuvo tranquila al hablar:
—No quiero discutir contigo, sé que sería un caso perdido. Lo que creas o no, ya no es asunto mío —detuve a la castaña antes de que pudiera saltar sobre Val.
—¡Lisette, ayudame de una vez por todas!
Hace años que nos escuchaba que pronunciara mi nombre completo de esa manera. Debía de estar bastante furiosa, pero no lo suficiente como para insultarme.
—Yo creo en la palabra de Val —le dije soltándola—. Ahora, quiero que te quedes sentada y callada.
No sé si fue por el tono en que se lo dije, pero funcionó. Kate se sentó y no volvió a abrir la boca.
El resto la imitó, nadie dijo nada. Todo se mantuvo bastante silencioso, pero aun así se sentía lo tenso que se encontraba el ambiente por la repentina noticia.
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Comenzaba a oscurecer.
Iris había tenido que irse y de los Ángeles Oscuros sólo quedaban Val y Tom. La primera se movía de un lado para el otro, mientras que su novio intentaba calmarla un poco.
—Lisette —la peliazul me miró con esos brillantes ojos azules. Levanté un poco la cabeza para tratar de captar el por qué de que me hablara—, quiero pedirte un favor.
Kate al instante se puso tensa. Hace mucho que ninguna escuchaba esas palabras salir de su boca. "Quiero pedirte un favor".
—¿Si? —me levanté para no tener que mirarla hacia arriba.
Se me acercó y me susurró al oído:
—Quiero que te vayas, pero no a cualquier lugar —la miré sorprendida—. Quiero que vayas a Sury's Place.
Volví a mirarla sorprendida. Sury's Place era una academia de danza. Sólo habíamos tenido la oportunidad de ir en una ocasión, cuando eramos muy pequeñas y fue porque en la academia había jugadoras del rival de ese entonces.
—¿Por...? —sus ojos brillaron, y entendí lo que quería.
—Muy bien, que así sea —miré a los chicos que aún se encontraban sentados. Éstos me miraban confundidos- Nos vemos luego chicos.
