Mi mirada se estanca en el rostro inexpresivo del ser tras de mí y entonces una sensación de pesadez se instala en mi estómago. Sus orbes azuladas dan una mirada fría, tan helada como el hielo y tan amenazadora como el león más hambriento.
Un escalofrío viaja por mi cuerpo al instante en el que una carcajada siniestra sale de su boca. Mi cuerpo es jalado con fuerza, soltandome del agarre de Kevin. Entonces, el demonio da un paso frente a mí. Ambos hombres son altos, pero en este caso, Adirael gana por apenas unos centímetros. Haciendole mucho más intimidante.
El pequeño chillido de Leo me saca de mi trance. Lo miro asustada, su rostro está nublado por el miedo y sé a lo que le teme; que el demonio y Kevin peleen.
Yo también temo eso. Porqué sé quién saldra perdiendo y no quiero que pase.
— ¡Si! S-sí es mi novio— hablo con torpeza y tomo la manga de la chaqueta que el chico de piel pálida posee.
Él gira levemente su cabeza y me observa en silencio. Una sonrisa satisfecha apoderandose de su rostro.
Hijo de...
— ¿En serio?— pregunta Kevin, sin dejar de mirar al demonio.
— Sí— es lo unico que llego a decir.
— Nos vamos— mi mano es tomada y soy guiada fuera de la habitación. Ni siquiera me digno a mirar a la pareja que dejo atrás.
No tengo el valor ni la cara para hacerlo. Y quizás, era mejor de esa manera. No sabía si saldría viva de esto. El ser que me toma con firmeza y me guía hacia la salida del edificio no dice una sola palabra. Tampoco me mira, lo único que veo de él es su amplía espalda cubierta por la chaqueta de cuero café.
Cierro mis ojos cuando los rayos del sol chocan contra mi pupila, dañandome levemente. El calor de las calles me abraza con delicadeza y el frío que sentía minutos atrás desaparece entre las olas cálidas. Se siente bien pero no puedo disfrutarlo como quisiera. Miro a mi alrededor y muerdo mi labio inferior. Había gente transitando las calles, podia salir corriendo entre la gente y perderlo. Pero el problema era que el no era un hombre normal. Era un demonio con super habilidades de las cuáles desconozco.
¿Cómo se supone que escape de un sobrenatural como él?
— No puedes— doy un pequeño salto y lo miro entre sorprendida y aterrorizada.— no puedes escapar muñeca, te encontraré donde sea. Después de todo, tienes un contrato conmigo y esto— toma mi muñeca tatuada y la acerca a su rostro con una sonrisa siniestra, sin dejar de mirarme en ningún momento— te ha condenado a mí.— da una lamida sobre mi piel tintada y luego, jala de mí, pegando nuestros cuerpos casi al limite. Mi mente aún estancada en la imagen de su lengua sobre mi piel y la sensación que dejó— y solo a mi, a nadie más ¿Entendido?— no le contesto, en cambio trato de alejarlo de mí, lo que no parece agradarle— Escuchame bien Amara, no quiero repetir esto. — susurra en voz baja, pasando su brazo libre por mi cintura, restringiendo mis movimiento —Tú me perteneces en todos los aspectos. Desde tu deliciosa alma y tu hermoso cuerpo hasta tus más oscuros y dolorosos pensamientos. No soy un demonio paciente y tampoco me gusta que me desobedezcan. Así que, desde ahora, quiero que en esa cabecita tuya quede claro que de mí nunca podras librarte y si lo intentas...tendré que castigarte de una forma u otra. — sus dedos viajan por la piel de mi espalda y llegan hasta la parte más baja. Un brillo extraño se apodera de su mirada y el terror crece. ¿Qué pasando por la mente de tan perverso ser?— ¿Lo entendiste?— frunzo el ceño.
— Sueltame— siseo sin mirarle. De reojo veo a la gente que transita las calles, pocas nos miran pero las que lo hacen, o bien es con disgusto e indiferencia (las personas ya mayores) o con sorpresa y diversión. Seguramente pensando que somos una pareja más del monton que se muestra su amor públicamente.
ESTÁS LEYENDO
Contrato
Paranormal"Te daré lo que quieras, solo salvala" la sombra sonrió, claro, ella no vió eso. Pero él estaba realmente satisfecho. "¿Estás segura?" preguntó, aún sabiendo la respuesta. La diversión en su voz ocultada por su falsa simpatía. "¡Hazlo por favor!" r...