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(Advertencia: contenido altamente sexual y delicado a continuación. +18. Tiene partes un poco...excesivas. Recomiendo DISCRECIÓN.)

Ni siquiera soy capaz de preguntarle a que se refería exactamente cuando su lengua traza caricias sobre mi pecho. Tampoco puedo lograr retener un pequeño lloriqueo, es casi imposible.

— N-no— su mano grande y fría toma un lado de mi cadera y con rudeza me sienta sobre una de sus piernas, mi feminidad chocando contra su músculo y oprimiendo más la vibración contra mi ya sensible zona.— Oh Dios— digo a penas con una voz muy distinta a la mía. El suelta el pezón que lamía y chupaba con calma y refuerza su agarre en mi cadera.

Seguramente dejándome marca.

— Mala chica— mueve su rodilla hacia arriba, haciendome dar un pequeño brinco sobre ella.

— I-idiota — vuelve a mover su rodilla y por obligación tengo que inclinarme hacia él para no caer, no obstante, el  no deja ir mis manos — Ngh—mi frente descansa en su hombro y mi respiración agitada no parece querer volver a la normalidad. Tampoco es como que pudiera hacerlo, necesita alivio. Hacia mucha calor en la habitación, aun cuando estaba prácticamente desnuda, necesitaba algo.

— Maldita seas— lo escucho gruñir y luego me doy cuenta de lo pervertida que estoy siendo. Trato de detener mis caderas pero parecen ir solas, moviendose de atrás hacia adelante sutilmente sobre su pierna, mi feminidad frotandose con la tela.

— Mn...— empiezo a jadear, moviendome con más velocidad, sintiéndome casi llegar.

— No, nena, no aún— envuelve su brazo libre alrededor de mi cintura y aprieta contra su cuerpo, evitando todo movimiento de mi parte. Suelto un quejido y lloriqueo en protesta— ¿Quién diría que serías una niña tan sucia? No me lo esperaba de ti— se burla pero no puedo concentrarme en él con la constante vibración en mis bragas. Necesito quitarmelas, me estoy humillando demasiado.— ¿Quieres quitartelas?— su mano derecha, la cual esta envuelta en mi cintura empieza a dar leves caricias sobre la misma, mientras que sus labios viajan por mi cuello y clavícula.

— Por f-favor— suplico y trato de liberar mis manos de su agarre. Empezaba a dolerme.

— Bien, hazlo— me suelta y me levanto como puedo, mis piernas temblaban un poco y mi corazón latiendo a cien milla por hora.

Me agacho un poco para sacarme aquella torturosa tela con prisa. La misma resbala por mis piernas hasta caer al suelo y una vez ya no siento más la maldita vibración me permito dejar salir un suspiro de alivio.

— Por fin— susurro pero entonces dos brazos se envuelven alrededor de mí y me jalan hacia atrás. Suelto un pequeño chillido al caer sobre las piernas del demonio— ¡No!

— Shh— su mano viaja hacia arriba a paso lento, acariciando mi piel con la llema de sus dedos, dejando un camino de cosquilleos a su paso— se una buena chica y déjate llevar ¿De acuerdo? Te haré sentir bien, lo prometo— su mano derecha toma uno de mis pechos y empieza a masajearlo y apretarlo levemente. De vez en cuando pellizcando la pequeña protuberancia rosada.

De a poco voy perdiendo el control, mi mente se distorciona con la electrizantes sensaciones que él me causaba. Mi garganta haciendo sonidos que resultaban complacientes para él.

— ¿Quieres más?— asiento en un gemido silencioso, esperando ansiosa por su siguiente movimiento.

— Ahi n-no — mi puños se cierran sobre las sabanas, sus dedos dando caricias pecadoras y lascivas sobre mi zona sensible.

— ¿Aqui no? ¿Por que?— susurra a mi oído en una voz sensual y ronca, casi como un ronroneo placentero— Hm...estás muy húmeda cariño ¿Segura que no quieres que te toque aquí? Por no lo parece. Lo disfrutas demasiado ¿No es así? — cierro mis ojos y suspiro entrecortadamente, sus dientes tomando entre ellos el lóbulo de mi oreja, para luego bajo por mi mandíbula hasta mi cuello, dejando un rastro de besos, lamidas y mordidas.— ¿Y sabes qué?— mi corazón late furioso ante la idea de que posiblemente, me deje esperando como lo hizo la vez anterior. 

Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora