— Antes de empezar necesito que aclaren su mente. Déjenla en blanco y por favor, no traten de analizar demasiado los que estoy por mostrarles.— mi impaciencia crecía cada vez mientras el pelinegro hablaba con calma y despacio. Lo mire con insistencia y el pareció entender que se estaba poniendo peros sin darse cuenta.— Tomen mis manos, los ayudaré. — sus manis se estendieron hasta nosotros y yo la toma con algo de titubeo. Chris me miro de reojo antes de hacer lo mismo— Cierren sus ojos. — solté un suspiro y le hice caso. ¿Por qué no podía ir al grano?— ¿Tanto espectáculo para mostrarles tu verdadera forma? Ella ya sabe que no eres humano, Darkiel. — mis ojos se abrieron de golpe y cayeron sobre el hombre que había aparecido de la nada en el umbral de la cocina. Por algún motivo, sentí que me faltaba aire. Sentí un deseo instintivo de huir cuando la piel se me puso de gallina.
— ¿Q-que haces aquí? — Darkiel se giró hacia el por completo y como un hermano protector nos oculto tras su cuerpo. Sin embargo, el leve titubeo en su voz no paso desapercibido.
— Vine a platicar, por supuesto. A conocer a la tan famosa Amara. Es de lo único que he escuchado últimamente. — su voz dulcemente grave y seductora se escucho venenosa. Era parecida a la de Adirael, pero más profunda. Tragué saliva duramente y miré la espalda de Darkiel sin parpadear. Por alguna razón mi corazón estaba latiendo como un tambor en mi pecho.
— No tienes nada que platicar con ella. No te atrevas a acercar tu desgraciado ser al suyo.— el siseo del pelinegro retumbo en la sala y mire a Chris cuando tomé su mano. Estaba cálida y algo sudada. Sus ojos cayeron hacia mí y una sonrisa torcida e incómoda salió de sus labios. Intentaba darme algún tipo de apoyo aun cuando podia ver el miedo en sus ojos.
Joder. Hasta donde te arrastre chico tímido.
— Sino puedes entretenerme no hables a menos que te lo pida. — dijo arrogante aquel sujeto luego de chasquear su lengua.
— No tomo ordenes tuyas, demonio.— tomé aire de golpe y mordí mi lengua. Otro más. Otro demonio que se mete a mi vida. Pero este es diferente, él es...su presencia es abrumadora. Es demasiado oscura.
— Al suelo — jadee al ver el cuerpo de Darkiel caer de rodillas al suelo, como si la gravedad lo hubiera jalado con fuerza. El pelinegro siseó y gruñó mientras luchaba por levantarse. — Asmodeo, asegúrate de que no se levante.— mi vista viajo hacía la nueva persona en la sala y mi sorpresa fue agridulce al ver a Odel. Su mirada chocó con la mia por pocos segundos pero fue lo suficiente para ver una disculpa silenciosa. Esto no terminaría bien —Ahora, tú debes ser... ¿Amara? Ese es tu nombre ¿Correcto?— por primera vez en lo que él ha llegado me atrevo a mirarlo. Sin poder evitarlo quedo engachada por unos segundos y el sonríe de medio lado ante mi obviedad. Era un hombre alto, más alto de Darkiel. Pero el era más robusto. Tenía el cabello castaño con destellos rubios y sus ojos levemente rasgados eran de un color verde esmeralda casi irreal. La escencia de su rostro estaba en su piel bronceada y su mandíbula afilada.
Podia jurar que era el ideal de la belleza.
— ¿Qui-ien eres?— pregunté entre tartamudeos, oyendo mi latido tras mis orejas.
No me gustaba. Su mirada. Era demasiado. Había algo extremadamente mal con él. Mis vellos se erizaron y Chris notó mi miedo cuando me oculte levemente tras su brazo.
— Lucifer, un placer conocerte querida.— saludó con una sonrisa que nunca llego a sus ojos. Ojos que me éscrutisaban lentamente. Lucifer...¿el rey del infierno?— Verás, tengo mucha curiosidad acerca de ti mujer— al él dar unos pasos adelante, mi garganta se cerró casi por completo y mis rodillas temblaron. Tuve que sostenerme de Chris ante el mareo. Por alguna razón quería llorar, estaba entrando en pánico.—...Eres débil. ¿Estás seguro que esta es, Asmodeo? — el castaño miró sobre su hombro hacia el demonio que sostenía a Darkiel contra el suelo.— Ni siquiera puede soportar mi presencia.— su vista volvió a mi con disgusto y me sentí desfallecer.
— Amara, trata de calmarte. Mírame— Chris discretamente tomo mi rostro con su mano libre y me obligo a conectar miradas. El pitido de mis oídos se detuvo lentamente y tomé aire con dificultad— así. Con calma.
— Sí, Señor. Es ella.— respondió Asmodeo en voz baja.
— ¿Qué te ve?— me pregunta y lo siento acercarse. Aún así no dejo de mirar a Chris. Necesito calmarme para pensar. No lo puedo mirar— Mírame cuando te hablo— mi cabeza se giro al instante hacia él para ver un ceño fruncido en su cara. — No tienes nada especial. Eres una simple, aburrida e inmunda humana.— sus ojos volvieron a recorrerme y continúo su camino lento hacia mí.
— ¡No la toques!— Chris golpeo mano que Lucifer había cerrado en mi brazo sin ningún resultado. Solo la atención molesta del demonio.
—Tch. ¿Qué crees que haces humano? — Lucifer tildó su cabeza con irritación y sin ni siquiera mover un dedo Chris salió volando de mi lado. Grité cuando su cuerpo chocó contra la mesa y me traté de safar del castaño.
— Lux imminenti!— el gruñido de Asmodeo llamó la atención de Lucifer que sin verse muy afectado se dirigió hacia el pelinegro que se levantaba del suelo. Al llegar a él, sin piedad, pateó su rostro para luego tomarlo por el cabello y hablarle entre siseos a la cara.
— Puedo matarte sin gastar un gramo de energía Darkiel, no me retes.— al verme en esa situación mi cabeza no pensó caundo tomé un tiesto que había en la mesita junto al sofa y lo lanze hacia él. Mis rodillas aún temblaban y no podía vocalizar nada, pero al menos la tierra se metió entre su pelo. — ¿Acabas de?— su rostro se giró lentamente hacia mi y no esperándolo, una risa grave erupto de su labios. — ¿Acabas de lanzarme un tiesto?
— ¡Vin-niste por mi!— Miré con miedo a Chris, viendolo sentado en el piso con una mano en su costado y una expresión de puro dolor. Me sentí tan mal. Y luego al ver a Darkiel, que luchaba aun por levantarse.
— Asmodeo.— el demonio asintio y volvio a vigilar a Darkiel, esta vez vi la quemadura grave que tomaba la mitad de su rostro. Tuve que desviar la mirada ante la cruda imágen. Bajé mi guardía y de un segundo a otro Lucifer estaba a centímetros de mi cuerpo. Un grito se ahogó en mi garganta— ¿Por qué no estas de rodillas aún?— pregunto genuinamente curioso. Mirándome como un niño mira a un animal en el zoológico. Eso era para Lucifer, nada más que un animal.— Estas temblando, tienes miedo y tu cerebro reconoce que soy demasiado superior a ti. — me notifica mirándome profundamente a los ojos. Entonces acer su rostro al mío peligrosamente— Prostrate ante mi, ahora humana. Es lo único que puedes hacer, es lo que tu cuerpo te exige.
Quedamos en silencio por solo unos segundos y su mirar cada vez se vuelvio más pesado, más arrogante. Se que tiene la razón, pero yo no lo haría. No le daría el gusto.
— Vete al infierno.— susurré muy bajo, mirándole con la poca de valentía que había ganado.
No supe que sentir cuándo me sonrió tiernamente y río casi de forma alegre. Lo que si entendí es que además de arrogante y peligroso, estaba absolutamente loco. Tenía ese brillo en la mirada, el que tenía Adirael aquella noche que se volvió un salvaje.
La diferencia ahora era que este obviamente no estaba perdiendo el control.
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Contrato
Paranormal"Te daré lo que quieras, solo salvala" la sombra sonrió, claro, ella no vió eso. Pero él estaba realmente satisfecho. "¿Estás segura?" preguntó, aún sabiendo la respuesta. La diversión en su voz ocultada por su falsa simpatía. "¡Hazlo por favor!" r...